Agenda de Biden sigue en el limbo; falla intento para amnistía
Esta nota fue traducida al español y editada para brevedad y claridad a partir de una versión en inglés.
El pasado jueves el Congreso aprobó una legislación que financia al gobierno federal hasta el 3 de diciembre, mientras que el desacuerdo entre Demócratas progresistas y moderados acerca del tamaño de un paquete de red de seguridad social de $3.5 trillones puso en riesgo que la Cámara de Representantes aprobara una medida de infraestructura bipartidista de $1.2 trillones.
Cuando el Gobierno se queda sin fondos, la mayoría de las agencias gubernamentales cierran sus puertas y cientos de miles de empleados federales se quedan sin trabajo y sin sueldo de manera temporal.
El llamado proceso de reconciliación, que permite la aprobación de una ley fiscal con la mayoría simple en las dos cámaras del Congreso, representaba una esperanza para que millones de inmigrantes puedan obtener un camino hacia la ciudadanía tras décadas de espera.
Hace un par de semanas hubo una gran decepción para los defensores de la reforma migratoria porque la parlamentaria del Senado, quien está a cargo de las reglas, decidió que los senadores no pueden aprobarla con solo el 50 por ciento de los senadores y deben tener el 60 por ciento. El Senado está dividido, 50 por ciento Demócratas y 50 por ciento Republicanos.
Pero esta semana la parlamentaria también rechazó el segundo intento de los Demócratas del Senado para incluir en el proyecto de ley de reconciliación una norma relacionada con inmigración.
Los Demócratas, incluyendo la Senadora por Nevada Catherine Cortez Masto, quien se encuentra entre los senadores que trabajan en el tema, continuarán presionando su caso con la parlamentaria.
"La Senadora dejó en claro que no dejará de luchar por la reforma migratoria en la reconciliación, lo que tendría un impacto importante y positivo en la economía de nuestra nación", señaló su oficina. "La Senadora continúa trabajando con sus colegas y está buscando opciones adicionales".
Bajo el proceso de reconciliación presupuestaria, los cambios en los gastos o los ingresos legislativos no pueden ser secundarios. La parlamentaria dictaminó que el esfuerzo más reciente no pasó la prueba.
Los Demócratas buscaron cambiar la fecha de una ley de 1929, conocida como el registro, que permite que las personas indocumentadas que han estado en el país desde 1972 soliciten el estatus de residente permanente legal. La fecha se ha cambiado cuatro veces desde 1929. El cambio de fecha más reciente fue en 1986.
Un cambio en la fecha de registro en la reconciliación “habría permitido que millones de inmigrantes trabajadores y respetuosos de la ley obtengan tarjetas de residencia”, agregó la oficina de Cortez Masto.
Los Demócratas se han comprometido a incluir una disposición para legalizar el estatus de los DREAMers — quienes fueron traídos a los Estados Unidos de manera ilegal cuando eran niños — beneficiarios del Estatus de Protección Temporal (TPS), y los trabajadores esenciales.
Las discusiones acerca del proyecto de ley de infraestructura, la Ley de Empleo e Inversión en Infraestructura y el paquete de gasto social, conocido como Acta para una Mejor Reconstrucción [Build Back Better Act], tuvieron lugar luego de que la Cámara de Representantes aprobó una extensión de 30 días del proyecto de ley de transporte terrestre, que expiró el viernes pasado.
La Cámara de Representantes aprobó la resolución continua (CR) para mantener abierto el gobierno después del final del 30 de septiembre del año fiscal federal con una votación de 254 a 175. Treinta y cuatro Republicanos votaron por la CR, incluyendo el Congresista Republicano por Nevada Mark Amodei.
Los Demócratas están utilizando el proceso de reconciliación presupuestaria para aprobar el Acta para una Mejor Reconstrucción, que permite al Senado aprobar la legislación sobre impuestos y gastos por mayoría simple, en lugar de los 60 votos necesarios para anular un recurso conocido como filibuster u obstruccionismo.
Pero lo anterior se considera como un reto, porque con un partido dividido al 50 por ciento en el Senado, todos los Demócratas tendrían que apoyarlo.