Estudiantes de Nevada llevan medio año de retraso en aprendizaje. La culpa no es solo del COVID.

Esta nota fue traducida al español y editada a partir de una versión en inglés.
A casi cinco años de que COVID-19 provocó que cerraran las escuelas, un análisis reciente de los resultados de las pruebas estandarizadas muestra que estudiantes de todo el país y de Nevada siguen atrasados medio año en lectura y matemáticas, y las causas van mucho más allá de la pandemia en sí.
El informe Education Recovery Scorecard — una colaboración entre investigadores de políticas educativas de las universidades de Harvard y de Stanford, y el Colegio Dartmouth — analizó los puntajes de la Evaluación Nacional del Progreso Educativo (NAEP) de 15 distritos escolares de Nevada.
Los resultados publicados el mes pasado muestran que estudiantes de todo el país han logrado algunos avances en matemáticas, pero aún no han vuelto a sus niveles previos a la pandemia en ambas materias.
Alumnos de cuarto grado en Nevada no registraron una mejora significativa en lectura, mientras que estudiantes de octavo grado tuvieron un descenso en sus resultados de matemáticas y lectura.
La Superintendente Estatal de Instrucción Pública, Jhone Ebert, señaló que Nevada fue uno de 13 estados cuyos alumnos registraron puntajes promedio más altos en matemáticas de cuarto grado en 2024 en comparación con 2022.
Investigadores calculan que los estudiantes de Nevada siguen atrasados medio grado en cuanto al progreso que suelen lograr anualmente entre el cuarto y octavo grado y lo ubican en el puesto 25 entre estados en recuperación de matemáticas y en el puesto 23 en recuperación de lectura.
El reporte señala al aumento del ausentismo crónico estudiantil a raíz de la pandemia, del que muchos estados y distritos aún se están recuperando después de que las escuelas reabrieron, como una de las causas de su lenta recuperación académica.
“La pandemia puede haber sido el terremoto, pero el ausentismo crónico es el tsunami que todavía azota a las escuelas”, dijo Tom Kane, director de la facultad del Centro de Investigación de Políticas Educativas.
Revelando los resultados
Kane dijo que, para ponerse al día, los estudiantes tendrían que captar el 125 por ciento de lo que normalmente aprenden en un año durante dos años consecutivos, lo que requeriría tiempo adicional de enseñanza.
Otro obstáculo para las escuelas son los altos niveles de ausentismo crónico que persisten años después de que las escuelas reabrieron por completo.
Se considera que los estudiantes son crónicamente ausentes cuando faltan el 10 por ciento o más de los días de clase por cualquier motivo. Expertos sostienen que algunas causas fundamentales incluyen barreras para asistir a clases, renuencia a ir a la escuela, y falta de interés, entre otras.
Aunque Nevada está avanzando en cuanto a su tasa de ausentismo crónico — 26 por ciento durante el año escolar 2023-24 — sigue siendo más alta que su índice anterior a la pandemia, del 19 por ciento.
Tomando acción
Si bien los casi $200 billones de dólares que las escuelas de grados K-12 reciben en tres rondas de fondos federales de ayuda por COVID han expirado, Kane dijo que investigadores recomiendan que los estados aprovechen otros fondos existentes.
En esta sesión, el Gobernador Republicano Joe Lombardo está proponiendo una legislación que facilitaría que estudiantes dejen las escuelas de bajo rendimiento y ha reiterado su deseo de una mayor responsabilidad educativa.
El reporte también sugiere iniciativas como campañas de información pública, actividades extracurriculares para atraer a los estudiantes a la escuela y soluciones a las barreras del transporte.
Kane agregó que el centro también estará atento a las reformas que están adoptando los estados, como leyes sobre la enseñanza de la lectura y la prohibición de teléfonos celulares en los salones de clases, y si éstas tienen algún efecto positivo en el rendimiento académico de los estudiantes.
Nevada no tiene una ley estatal sobre el uso de teléfonos celulares por parte de los estudiantes, pero distritos escolares como Clark, Washoe, Nye y Carson City han adoptado diferentes políticas para frenar el uso del teléfono.