Esta nota fue traducida al español y editada a partir de una versión en inglés.

Durante décadas, familias han dado la bienvenida a nuevos integrantes en la sala de maternidad del Centro Médico Regional St. Mary's en Reno, pero esa tradición terminó repentinamente la noche del 11 de noviembre.

El cierre, después de 72 años de servicio, marca el final de una era para el hospital.

El pasado jueves por la mañana, enfermeras asistieron a una vigilia para despedir al centro y lamentar el fallecimiento de su colega Darella Lydell. También recordaron cuántos familiares habían nacido en el hospital contiguo, resaltando las probabilidades de que la mayoría de quienes han vivido en el norte de Nevada el tiempo suficiente, conozcan a alguien que nació en St. Mary's; tal vez incluso ellos mismos.

“Nací en el St. Mary's. Tres de mis hijos nacieron en el St. Mary's. El legado del St. Mary's es hermoso y rompe el corazón ver que esto suceda”, dijo Holly Stephenson, enfermera de parto quien trabajó en el centro durante 12 años. “No se trata de perder un trabajo, sino una familia”.

Los servicios de salud materno-infantil se suspendieron debido a la "disminución de las tasas de natalidad, reajustes de personal y limitaciones en la cobertura de anestesia", indicó un comunicado de Prime Healthcare — la compañía de atención médica propietaria del St. Mary's.

Quienes tenían programado dar a luz en el centro de maternidad están siendo reprogramadas a otros hospitales y se ofrecieron puestos al personal en diferentes áreas del St. Mary's.

Las enfermeras que asistieron a la vigilia explicaron que no recibieron ningún aviso sobre la interrupción de los servicios de maternidad y parto.

“No hubo ninguna advertencia en absoluto”, señaló Heather Wehking, quien había trabajado como enfermera de parto en el St. Mary's desde 2018.

Wehking dijo que se le comunicó al personal de maternidad que el centro estaba adoptando un modelo comercial completamente nuevo. Sin embargo, el 11 de noviembre, el personal de enfermería se presentó a laborar y les dijeron que era su último día de trabajo.

Jamie Whitfield, representante principal de enfermeras del St. Mary's, detalló que había estado trabajando en negociaciones sindicales con el director del departamento de atención materno-infantil y la administración del St. Mary's para obtener más enfermeras capacitadas para el trabajo de parto y posparto. Whitfield dijo que en el sindicato había entusiasmo por esta nueva unidad combinada y que estaban discutiendo planes para diciembre y enero.

Aunque a las enfermeras se les ofrecieron diferentes puestos en el St. Mary's, algo que, según Wehking funciona bien para algunas personas, ser enfermera de parto es un puesto especializado que puede no transferirse a otras áreas tan fácilmente como esperan líderes corporativos.

El cierre repentino puede ser más difícil para las futuras madres que deben hacer la transición a un nuevo centro de parto, dijo Vanessa Lippert, quien fue hospitalizada después del nacimiento de su hijo.

“[Estas enfermeras] me tomaron de la mano en mis días más oscuros y estoy aquí para tomar su mano y estar junto a ellas y apoyarlas en sus días más oscuros ... Me encantó este hospital y a estas personas les confié mi vida y la de mi hijo”, agregó Lippert. 

En junio, el personal de enfermería protestó por una “proporción de pacientes sin protección” en medio de una falta de trabajadores de la salud, y también se han estado manifestando una vez cada cierto tiempo desde hace dos años.

Sin embargo, Whitfield y Wehking quieren seguir siendo optimistas sobre el futuro del St. Mary.

“Me gusta apostarle al optimismo, pero también quiero estar del lado de la fortaleza”, dijo Whitfield. “Somos fuerza en números y solidaridad ... Realmente elijo creer que el St. Mary's tiene la intención de hacer lo correcto. Esto no es una buena señal de eso”.

“Esperamos que el St. Mary's aprenda esta lección”, dijo Wehking.