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Del micrófono a la realidad: Locutora Marcela Luévanos relata lo que vivió en el tiroteo de Las Vegas

Luz Gray
Luz Gray
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La emoción comenzó meses antes, cuando compró los boletos para asistir, junto con su amiga, al Route 91 Harvest Festival en Las Vegas. El fin de semana que tanto planearon, llegó. Viajaron desde California para disfrutar tres días de ilusiones, botas vaqueras, camisas a cuadros, y música country.

Nunca imaginaron que les tocaría estar en medio del peor tiroteo masivo en la historia reciente de los Estados Unidos y salir sanas y salvas.

De amplia sonrisa y carisma natural, la voz amigable de Marcela Luévanos ha acompañado desde hace más de 15 años a miles de personas a través de la radio en los formatos regional mexicano y latino.

Desde compartir micrófonos en el programa sindicalizado de Eddie “Piolín” Sotelo, sus espacios propios en estaciones de radio en Los Ángeles, entrevistas a celebridades, la creación de su línea de cosméticos, hasta su actual trabajo como locutora de “La Poderosa” en Dash Radio, la vida de Luévanos ha estado enmarcada por el entretenimiento y su amor a la música.

Lluvia de balas

En una entrevista telefónica concedida a The Nevada Independent el pasado 3 de octubre, Luévanos relató algunos pasajes de lo que vivió la noche del tiroteo en Las Vegas, que dejó un saldo de 58 muertos y casi 500 heridos.

La locutora Marcela Luévanos -a la izquierda- y su amiga, Natalie, durante el 91 Harvest Festival en Las Vegas. Domingo 1 de octubre del 2017. (Foto: Cortesía Marcela Luévanos).

“Estábamos disfrutando el fin de semana”, dijo la locutora. “Incluso hay algunos videos que había publicado en las redes sociales y que ahora tienen tanto significado, en donde claramente estamos muy alegres, pero al igual estábamos diciendo que extrañábamos a nuestros bebés, somos mamás y obviamente habíamos dejado a los niños en casa”.

Luévanos dijo que el artista Jason Aldean estaba terminando su tercera canción cuando ella, que estaba casi frente al escenario, escuchó “los primeros tres balazos que se dieron”. Supo que el ruido no era parte del concierto.

“Creo que me di cuenta por la secuencia, porque fue ¡Pum! ¡Pum, pum!”, señaló Luévanos. “El sonido fue muy fuerte. Vi que las personas se esparcieron, estaban en un círculo y de pronto se empezaron a hacer para atrás y hubo gente que cayó. No vi gente ensangrentada, no vi heridos, pero era obvio que algo había sucedido en ese círculo que estaba a unas yardas de mí”.

Luévanos comentó que fue una de las personas que pudo reaccionar de manera inmediata. Segundos que ahora entiende, le salvaron la vida. En medio de la confusión, alertó a quienes estaban a su alrededor diciéndoles que eran disparos, y que se tenían que salir.

“Me empecé a alejar, la gente no me hizo caso”, dijo Luévanos. “Algunos sí empezaron a demostrar nerviosismo y otros como curiosidad por ver qué estaba pasando, pero yo me alejé y fue cuando la ametralladora empezó a dar otra vez, y corrí, y no paré”.

Alcanzó a salir junto con otras personas. Corrió y corrió. Estaba exhausta. El temor, dijo, le impulsó a no detenerse.

Oh my gosh!, Oh my gosh!”, era todo lo que podía gritar.

Mientras seguía corriendo en busca de ponerse a salvo, en su mente pasaban imágenes de sus dos pequeños hijos, de su esposo, de su amiga Natalie, quien justo en el momento del tiroteo se había separado para ir al baño.

El sonido fuerte de la ametralladora hizo que Marcela volviera a la realidad. A la distancia, los balazos sonaban y sonaban. Sintió que no alcanzaba a escapar. Pensó que eran varios atacantes persiguiendo a la multitud que corría en busca de algún refugio. Perdió el sentido de dirección.

“No tenía idea hacia dónde iba”, dijo Luévanos. “Creo que terminé en un estacionamiento. Llegamos a Hooters. Pensaba: ‘¿En dónde me voy a esconder, en un auto? ¿Dónde voy a encontrar el lugar para protegerme? ¿Qué voy a hacer?”.

Las personas que estaban en el hotel y casino Hooters, localizado a unas tres cuadras del Mandalay Bay, reaccionaron con asombro cuando vieron llegar a la multitud que corría para todos lados. El sonido de la ametralladora continuaba, relató Luévanos.

Buenos samaritanos

En medio de la desesperación y el horror, Marcela vio una puerta que la condujo hacia la calle. Brincó un cerco. Vio ambulancias, policías, a SWAT, la unidad especial para situaciones de alto peligro, y a más gente corriendo.

En su carrera por encontrar un lugar seguro, dio con unas personas en una camioneta. Les pidió ayuda.

“Había varias personas acostadas en la parte trasera por temor a ser balaceados”, relató Luévanos. “La persona que iba manejando y su pareja nos dijeron que eran residentes de Las Vegas, que íbamos a estar bien y que nos iban a llevar a un lugar seguro a su casa. Fue en donde terminé, en casa de esas personas que me ayudaron a escapar de ahí”.

Las manos de Marcela y Natalie muestran sus brazaletes de acceso al 91 Harvest Festival en Las Vegas. Octubre del 2017. (Foto: Cortesía Marcela Luévanos).

Luévanos comentó que ya en casa de los buenos samaritanos, consiguió tranquilizarse un poco y, finalmente, comunicarse con su esposo y con su amiga. Luego pidió servicio de Uber y pudo llegar a su habitación en el Hotel Treasure Island, donde se reunió con Natalie.

Sintió alivio. Ya se encontraba al lado opuesto del Mandalay Bay.

Seguir adelante

Aunque en su trabajo le ofrecieron tomarse el tiempo necesario para recuperarse, Marcela regresó al aire el martes por la mañana. Había pedido con anticipación faltar el lunes, para viajar de regreso a California después del fin se semana en el concierto.

“Como comunicadora sentí la responsabilidad de regresar al trabajo y contar mi historia”, indicó Luévanos. “He pensado mucho que uno está acostumbrado a dar consejos y a opinar cuando suceden estas tragedias, y ahora me veía en el punto de tener que actuar”.

Todavía es muy pronto para que Marcela ponga todas sus piezas en orden. Sabe que se sintió indefensa, que vivió momentos que califica como espantosos, y que está en medio de un proceso que le llevará tiempo asimilar.

“Estoy bien en unos momentos y en ratos se me viene todo a la mente”, dijo Luévanos. “Incluso pienso que quedé algo traumada, porque hasta este momento no puedo ver videos en donde se escuche el sonido de ametralladora, porque mi mente me vuelve a llevar a ese lugar”.

Marcela Luévanos, la locutora, la emprendedora, la mamá, la esposa, la amiga, la mujer, celebra su cumpleaños hoy lunes.

“Me siento tan bendecida de haber salido de ese lugar, de haber salido completitas, de haber huido de un momento tan trágico”, comentó.

 

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