La tercera Cámara: Tradición, sátira y política
“Atención: La Asamblea está a punto de reunirse”, se escuchó por el altavoz. Pero la sesión del miércoles 31 de mayo no fue como cualquier otra. Esta vez los Legisladores no controlaron las actividades de la Cámara, sino los periodistas. Bienvenidos a la Tercera Cámara, un viaje al pasado, un encuentro con el presente, una pausa en el protocolo político donde la sátira es bienvenida.
Third House, por su nombre en inglés, es un evento que por tradición se realiza durante la última semana de cada Sesión Legislativa en Carson City, y que genera expectativa entre la crema y nata de la política. Quieren ver las ocurrencias planeadas por los periodistas.
“¿Dónde están sus disfraces?”, “Espero que sea divertido”, comentan al grupo de reporteros algunas personas que van pasando a las afueras de la Asamblea.
La Tercera Cámara es una sesión de parodia donde ninguno de los 21 Senadores y 42 Asambleístas estatales se escapa de los comentarios sarcásticos escritos por miembros de la prensa, quienes con un par de semanas de anticipación se reúnen para prepararlo todo.
“No se preocupen, vamos a tratar de ser relativamente amables esta noche. El punto aquí es muy simple: Juntamos todo nuestro enojo y frustración al ver lo que ustedes hacen durante casi 120 días, y lo dejamos salir”, dijo Steve Sebelius, columnista político de Las Vegas Review Journal, y a quien le tocó hacer el papel de portavoz de la Cámara.
Durante poco más de una hora, reporteros de Las Vegas Sun, Las Vegas Review Journal, KUNR y The Nevada Independent, formaron un solo frente y dejaron atrás el formalismo de su profesión para caracterizar a manera de broma actitudes, debilidades de personajes políticos y sus propuestas de ley.
Entre risas, aplausos y exclamaciones de asombro, los asistentes se convirtieron en parte de la sesión ficticia. Los periodistas se disfrazaron, imitaron voces y se burlaron de lo que han visto en los casi 120 días de cobertura legislativa.
Los Legisladores Hispanos no fueron la excepción. Las bromas fueron desde sus propuestas de ley, relaciones de amistad, pronunciaciones de sus nombres en español y sus personalidades, hasta la nueva era de jóvenes demócratas.
Toda una tradición
El origen de este evento se remonta a diciembre de 1863 en Carson City, cuando el escritor Mark Twain reportó por primera vez en Territorial Enterprise las hazañas de un grupo de bromistas que se reunía con frecuencia para burlarse del proceso legislativo.
Twain, cuyo nombre real es Samuel Clemens y llegó a la capital de Nevada en 1861, reportó la suspensión del protocolo y la oración que hasta la fecha se llevan a cabo cada vez que se da inicio a una sesión legislativa, y detalló la participación de algunos reporteros de la época.
Desde entonces es costumbre para los periodistas que cubren la sesión legislativa cumplir con la cita que tienen con la historia y seguir fieles a la tradición establecida por sus antecesores. Todo, en nombre de una noche de buen humor.
Imagen principal: Cámara de la Asamblea Estatal. 19 de mayo del 2017. (Foto: David Calvert).