Nuevo museo Stewart invita a reflexionar acerca de la historia de comunidades Nativas
Esta nota fue traducida al español y editada para mayor claridad a partir de una versión en inglés que aparece en The Nevada Independent.
Cada vez que Linda Eben Jones ve una vara, recuerda al profesor que le pegaba todas las mañanas, dejando marcas rojas en sus piernas.
El nuevo Museo Stewart Indian School tiene como objetivo recrear esta y otras historias de ese internado, que operó en Carson City, en el Norte de Nevada, durante 90 años.
La exposición permanente, “Nuestro Hogar, Nuestras Relaciones”, ilustra una historia de oportunidad y comunidad; pero también experiencias traumáticas y de soledad.
“Los alumnos nos pidieron que dijéramos la verdad”, dijo la directora del museo, Bobbi Rahder. “Así que estamos diciendo la verdad”.
Rahder y el curador del museo recabaron documentos de Stewart provenientes de otros museos, y viajaron a comunidades tribales en todo el estado para reunirse con ex alumnos y escuchar sus historias. Hablaron con al menos 100 personas.
La escuela albergó a niños de más de 200 tribus, algunas ubicadas más allá de las fronteras de Nevada, con estudiantes de las comunidades nativas de California, Arizona, Utah, Washington y Oregon.
El primer grupo en Stewart tuvo 37 estudiantes en 1890 y en 1919, había más de 400.
El número total de estudiantes que asistieron a Stewart a lo largo de los años es difícil de confirmar porque muchos documentos se perdieron cuando la escuela cerró en 1980, aunque se estima que asistieron decenas de miles de personas.
Creación y Legado
El museo ha estado en obra durante al menos 14 años, según dijo la Directora Ejecutiva de la Comisión India de Nevada (NIC) Stacey Montooth.
En 2017 y 2019, la Legislatura aprobó $4.5 millones de dólares para restaurar los edificios del museo, con el apoyo de los Gobernadores Brian Sandoval y Steve Sisolak.
El internado abrió en 1890 como parte del programa federal Asimilación y Asignación de 1887 y cerró sus puertas 90 años después.
Rahder señaló que el programa tenía como objetivo erradicar las lenguas y culturas nativas, y separar a los niños de sus padres para que asimilaran la cultura anglosajona, y para crear ciudadanos que hablaran, lucieran, y actuaran a la par.
“La asignación fue básicamente quitarles la tierra a los pueblos nativos” explicó Rahder. “Para lograr dicha asimilación había que enviar a [los niños] lejos de sus hogares, para que asistieran a este tipo de escuelas y tratar de convertirlos en ciudadanos básicamente anglos. Ese fue realmente el propósito. Así que tomaron sus tierras, los convirtieron en ciudadanos anglos, lo que se traduce a la destrucción de la cultura nativa”.
El gobierno de los Estados Unidos operó un máximo de 100 internados durante el programa federal.
A los estudiantes se les enseñó a hablar inglés, vestir con ropa estilo militar, llevar el pelo corto y fueron utilizados como mano de obra no remunerada para preservar la escuela.
Montooth y Jones coinciden en decir que la política y la realidad definen el concepto de genocidio cultural o la destrucción de las familias y las comunidades nativas.
Rahder, Montooth y Jones también mencionaron el trauma intergeneracional causado por las experiencias de los estudiantes.
“Queremos que la gente sepa que a pesar de que esto ocurrió en 1890 ... lo que les pasó a estos miembros de la familia todavía perturba a la gente hoy en día”, dijo Rahder. “Definitivamente está ligado a la actualidad”.
Algunos esperan que la expresión del museo acerca de las experiencias de los estudiantes y las voces presentes puedan sanar el trauma del pasado.
“Personas de edad mayor me dicen que esto está ayudando en el proceso de sanación”, dijo Montooth, un ciudadano de la Nación Paiute del Río Walker.
Jones, quien proviene de las tribus Paiute, Shoshone, y Washoe, se graduó en 1966 y dijo que, si bien no tuvo una buena experiencia en Stewart, le da gusto ver que el museo finalmente ha abierto.
“Ya es hora de que Estados Unidos tome conciencia y escuche estas historias”, dijo Jones. “Nevada necesita escuchar esto, también, porque nunca se ha enseñado este contenido en el sistema de educación pública. Los internados no aparecen en la historia de los Estados Unidos“.
Sus padres también asistieron a la escuela, y aunque nunca hablaron de eso, su padre le contó una historia: a él lo recogió un camión con un grupo de muchachos nativos antes de que a todos los subieran en un tren en Susanville, rumbo a Stewart.
“A ellos literalmente los secuestraron”, dijo Jones.
Con el paso de los años, la escuela progresó y los estudiantes no fueron secuestrados ni obligados a seguir asistiendo.
Cuando la escuela cerró en 1980, los alumnos y los padres de familia de hecho protestaron la clausura de la institución debido al progreso que ya se había logrado.
Stewart se había convertido en un lugar donde los estudiantes Nativos se podían expresar y desarrollar nuevas habilidades, pero la escuela cerró por recortes del presupuesto federal y problemas con la seguridad de protección de temblores, según la página de Internet del Museo de Stewart Indian School.
Rahder, Montooth y Jones tienen grandes esperanzas en el museo y sienten orgullo de sacar a la luz una historia que en gran medida ha sido opacada.
El museo se puede visitar de lunes a viernes de forma gratuita. En mayo habrá una gran celebración de reapertura para los alumnos de Stewart que viven fuera del estado.
Montooth dijo que el acceso a un recuento exacto de la historia de los internados, y la historia de los Indios Americanos en general, son necesarios para que los ciudadanos tengan la idea completa de los acontecimientos actuales en la sociedad estadounidense.
Sin esta información, señaló Montooth, no se puede ser “un participante totalmente bien informado, y cívico en nuestra democracia”.