Se anticipa panorama sombrío para el medio ambiente en Nevada con Trump en la presidencia
Esta nota fue traducida al español y editada a partir de una versión en inglés.
Esta es una versión editada para brevedad a partir del boletín en inglés Indy Environment.
“La mejor manera de predecir la conducta futura es la conducta pasada”.
Ese es dicho ilustra por qué, quienes abogan por la conservación del medio ambiente, están preocupados por lo que cuatro años bajo una segunda administración del Presidente Electo Donald Trump podrían significar para todo, desde la regulación ambiental hasta la financiación de agencias federales de administración de tierras y el futuro del creciente movimiento de energías limpias en el país.
En el período previo a las elecciones Trump y la Vicepresidenta Kamala Harris presentaron planes para algunas áreas, pero el clima y el medio ambiente se siguieron pasando por alto.
Trump prometió aumentar la producción de combustibles fósiles y, durante una visita de campaña a Nevada, dijo que no hay necesidad de preocuparse por el medio ambiente porque "va a estar bien", mientras que Harris parecía seguirle la corriente a la actual administración con $2 trillones de dólares dedicados a políticas climáticas mientras que en general no logró delinear un plan propio.
“No se habla de eso porque a los votantes no les importa, y a los votantes no les importa porque no se habla de eso”, dijo Leah Rubin Shen, directora ejecutiva para la región occidental de la organización comercial nacional Advanced Energy United, acerca de los temas ambientales. “No es un factor importante en la forma en que la gente vota”.
Pero el clima y el medio ambiente no fueron pasados por alto por la Heritage Foundation, un grupo de expertos conservadores que confía en que Trump promulgue, al menos en parte, las políticas definidas en su Proyecto 2025 — una guía para una futura administración conservadora.
El plan traza estrategias para temas que abarcan desde la seguridad fronteriza hasta la restauración de la producción energética en suelo estadounidense — todas con un sesgo conservador.
Recortes a monumentos nacionales
El Proyecto 2025 aboga por la revisión federal de los monumentos nacionales y la eliminación del Acta de Antigüedades de 1906, que otorga al presidente en funciones el poder de proteger los recursos culturales y naturales en tierras federales.
Varios de los monumentos nacionales de Nevada, incluyendo Avi Kwa Ame, el más reciente del estado, y Gold Butte (del que Trump propuso reducir el límite durante su primer mandato) — fueron designados bajo el Acta de Antigüedades.
Aumento de los costos energéticos
Trump ha dicho que EE.UU. tiene “más oro líquido (petróleo y gas) que cualquier país del mundo”, incluyendo Arabia Saudita y Rusia, en referencia a su interés en los combustibles fósiles en lugar de las energías limpias — algo que no augura nada bueno para Nevada, que se está quedando atrás en su esfuerzo por reducir emisiones de carbono y que depende de empleos en energías limpias para ayudar a impulsar su economía.
A pocas horas de la victoria de Trump, grupos como el Center for Western Priorities y Advanced Energy United estuvieron pintando panoramas sombríos para los próximos cuatro años, particularmente bajo el marco del Proyecto 2025.
Las políticas del plan “van en contra de casi todo lo que les importa a los votantes del oeste estadounidense”, según el centro.
También, un nuevo reporte de Energy Innovation, una organización no partidista de políticas energéticas y climáticas, encuentra que una transición a las estrategias descritas en el Proyecto 2025 aumentaría los costos anuales de energía en el hogar en casi $460 durante la próxima década para el nevadense promedio mientras que disminuiría sustancialmente la inversión en empleos de tecnología de energía limpia en el estado — una preocupación que comparte la Liga de Conservación de Nevada.
Cerca de 43,000 nevadenses laboran en la industria de la energía limpia — más que las 34,000 personas empleadas en hospitales o las 20,000 que trabajan en el sector de bienes raíces.
Los próximos años podrían ser muy costosos para los nevadenses, en muchos sentidos.