Esta nota fue traducida al español y editada a partir de una versión en inglés.

David Roberts se sienta al frente de su casa en Hidden Valley — un vecindario en las afueras del sur de Reno — armando las partes de un adorno en forma de oso que pronto se colocará encima de un caballito mecedor iluminado.

Las luces — unas de tantas que hay alrededor de su casa — han estado en descanso desde la Navidad pasada.

Roberts, de 80 años, es uno de muchos competidores en el anual Desfile de las Luces organizado por la Asociación de Propietarios de Viviendas de Hidden Valley. Este año marca el 40 aniversario de la competencia de luces navideñas, que atrae a personas de toda la región.

El Desfile de las Luces es del 2 de diciembre hasta el Día de Año Nuevo, y la calificación de los jueces se realiza al principio de ese periodo.

Aunque el 1 de enero la asociación entrega tarjetas de regalo y cenas a los mejores competidores, el Desfile de las Luces es mucho más que un concurso.

“Une a la comunidad”, dijo Marge Fransden, presidenta de la asociación.

El valor del premio de los principales competidores rara vez se equilibra con lo que gastan en electricidad a fin de mes. Pero para personas como Roberts, no se trata de los premios, a pesar de que la mayoría de los años obtiene la codiciada designación de primer lugar.

“De alguna manera desearía que ni siquiera tuvieran la competencia. No me importa si gano el primer lugar o si no me reconocen en absoluto ... todavía lo disfruto”, comentó Roberts.

Roberts dijo que comenzó su tradición navideña mucho antes de mudarse a Hidden Valley, cuando su hija mayor — quien ahora tiene 58 años — era niña.

El participante no solo instala una gran exhibición de luces, también se disfraza de Papá Noel o Santa Claus todos los años. 

En especial, a Roberts le gusta personificar a Papá Noel para las personas mayores, que suelen llegar en autobuses desde hogares de cuidados, y para los niños que lo visitan. Él relató cómo una vez se subió a los autobuses para adultos mayores donde fue recibido con una sonrisa, y caminó durante 45 minutos con una niña que acababa de salir del hospital.

“Esa es mi Navidad”, agregó.

Otra propietaria de una de las casas adornadas, Terri Durgin, comentó que ella es competitiva por naturaleza pero que le gusta participar para continuar con la tradición del Desfile de las Luces.

La casa de Durgin está en lo que ella llama la entrada de Hidden Valley y está decorada con un montaje de Whoville hecho de madera, todo construido por Durgin, que imita la ciudad ficticia en el libro del Dr. Seuss "Cómo el Grinch se robó la Navidad".

Aparte de su exhibición hecha a mano, ella coloca un barril de comida para recolectar donaciones para el Banco de Alimentos del Norte de Nevada. Durgin dijo que recibió 1,100 libras de alimentos el año pasado y 1,600 libras en 2020.

Este año quiere aportar aún más.

Los visitantes coincidieron en que el evento no se trata solo de las luces.

"Esto me prepara para la Navidad", dijo el visitante Morgan Lopez con su pareja, Edna Magana, mientras caminaba junto a los adornos que puso Roberts, en una nevada noche de diciembre.

Lopez agregó que era la primera vez que visitaba el Desfile de las Luces, pero que planea regresar.

"Creo que mantiene a la gente esperanzada para las fiestas", añadió Magaña. "Pueden venir y ver cosas como esta y sentir que tienen una comunidad".