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A raíz del tiroteo, el Sheriff Lombardo equilibra la información pública y los intereses de la policía

Jackie Valley
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Megan Messerly
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Esta nota fue traducida al español y editada para mayor claridad a partir de una versión en inglés, que aparece en la página de The Nevada Independent.

Hoy no habrá preguntas.

Era un viernes por la tarde, doce días después de que un pistolero destrozara ventanas y, después, vidas, con una lluvia de balas que llevó a que las personas que bailaban en un concierto en el Strip de Las Vegas tuvieran que esquivar balas. Y ahí estaba el alguacil del Condado Clark, Joe Lombardo, otra vez en el podio. Las cámaras de televisión estaban fijas en él.

Dijo su nombre, un ritual obligatorio aunque innecesario a estas alturas. El oficial de 54 años de edad involuntariamente se convirtió en un nombre familiar tras el tiroteo masivo más mortífero en la historia moderna de Estados Unidos.

Lo que también significó fue que se llevó la peor parte parte de las críticas del público conforme ha cambiado la cronología de los eventos, y aún siguen sin conocerse los motivos que llevaron al gatillero a cometer su acto, aun cuando Lombardo se sintió personalmente responsable de explicarle al mundo lo que había sucedido.

"¿Ustedes creen que me gusta estar aquí en esta conferencia de prensa y que todo el mundo sepa quién soy?"  dijo Lombardo días antes durante una entrevista con The Nevada independent. "No, no me gusta. Ojalá me pudiera quedar tras bambalinas y hacer lo que hago como jefe de la policía, pero lamentablemente las cosas no son así”.

Sin embargo el público — y, por ende, la prensa — exigieron tener más información de los cambios en una cronología del evento que ha traído más preguntas que respuestas.

Vistiendo su uniforme color caqui de la Policía Metropolitana, Lombardo buscó acabar con las discrepancias. Leyó lo que había preparado de antemano para aclarar la secuencia de los eventos que ocurrieron momentos antes de que el gatillero disparara, matando a 58 personas e hiriendo a 546.

Lombardo procedió a la información que realmente quería compartir: El sargento de la policía y otros socorristas que atendieron a por lo menos 50 heridos de bala usando lo que pudieron encontrar para hacer torniquetes; o los oficiales que resguardaron los cuerpos de los fallecidos esa noche y a los que nunca dejaron solos, o el oficial que aún se recupera de una herida de bala en su hombro y que anhela volver al trabajo.

Pronunció el nombre de otro oficial y pasó saliva.

"Disculpen mi emoción”, dijo.

La fatiga, el estrés y el duelo finalmente habían alcanzado al jefe del departamento de la policía de Las Vegas. El Comisionado del Condado Clark, Steve Sisolak, y el agente especial del FBI, Aaron Rouse, posaron sus manos sobre los hombros de un alguacil que tenía los ojos llorosos. Lombardo terminó de expresar su idea — elogiando a un agente que se rompió una pierna pero que permaneció en el lugar de los hechos esa noche –. Hizo una pausa, bajó la cabeza.

"Entonces, en este momento”, dijo, viendo hacia las cámaras, "voy a agradecer a la comunidad. Les voy a dar las gracias por permitirme ser su alguacil y ser 'Vegas Strong” [Vegas Fuerte].

El emotivo alguacil salió caminando, e ignoró las preguntas que le gritaban a su paso.

1 de octubre

Para Lombardo esa noche de domingo prometía ser ideal para disfrutar una cena con amigos en un restaurante con especialidad en carnes en el Venetian.

Pero su teléfono comenzó a sonar en medio de la cena. Y seguía sonando. “Algo debe estar pasando”, pensó, sin imaginar lo que se estaba gestando dos millas al sur del Strip.

Le marcó a la persona más reciente que le había llamado, el ex Alguacil Bill Young.

Un Young en estado de pánico contestó el teléfono. Minutos antes, su hija, de 22 años, lo había llamado pidiendo ayuda mientras las balas caían a su alrededor. Ella estaba en el suelo, cerca del escenario. Young le dijo a su hija que corriera – lo más lejos y lo más rápido que pudiera – lejos del lugar del concierto.

"Fue la llamada más aterradora que he recibido en mi vida”, dijo.

El instinto natural de Young fue llamar a Lombardo, su mejor amigo y actual jefe policíaco. Todo sucedió tan rápido que Lombardo ni siquiera se había enterado de la balacera.

"Le dije a Joe: ‘vas a recibir llamadas’, y luego colgué, comentó Young. Quería mantener libre tanto la línea telefónica del alguacil como la suya: Aún no había recibido noticias de su hija.

Flores colocadas cerca del area donde se llevó a cabo el Festival Route 91 Harvest. Martes 3 de octubre del 2017. (Foto: Daniel Clark/ The Nevada Independent).

Lombardo subió a su automóvil y se encaminó velozmente rumbo al festival – luces rojas intermitentes y sirenas de ambulancias – a lo largo de Las Vegas Boulevard entre el Luxor y la diagonal con el Mandalay Bay. Esperaba que las cosas no fueran tan terribles como se oían.

"Estamos tan acostumbrados a las llamadas. Estamos tan acostumbrados a esto, bueno, no es tan malo como parece. Nunca es tan malo como parece, pero en este caso fue todo lo contrario”, comentó Lombardo.

Cuando llegó, dijo que era "básicamente un caos" tratando de sacar a la gente del festival. Pero Lombardo observó que mientras los asistentes al concierto huían del sitio, todos sus oficiales corrían directamente hacia el área de los hechos.

Uno de los primeros oficiales en responder fue Brady Cook, de 22 años de edad, quien recibió un impacto de bala debajo de su hombro derecho mientras trabajaba con un equipo de agentes para tratar de averiguar de dónde provenían los disparos y formar un equipo de ataque. Era su segundo día en el trabajo.

"He visto cosas desafortunadas que han ocurrido en todo Estados Unidos, especialmente durante desastres naturales, donde policías se integran y se preocupan por sí mismos y obtienen suministros para ellos mismos, y forman parte de las evacuaciones como el resto de la ciudadanía”,  dijo Lombardo. "En este caso, fue todo lo contrario”.

Tras determinar que  los oficiales se estaban encargando adecuadamente de todo en el lugar del festival, Lombardo visitó el Centro Médico Universitario. Dijo que ahí también era un caos.

En ese momento, el alguacil no tenía conocimiento de que el agente de la Policía Metropolitana de 34 años de edad, Charleston Hartfield, había sido herido mortalmente en el concierto, al que había asistido estando fuera de servicio. Pero el personal del hospital le dijo que los oficiales en servicio que habían resultado heridos estaban estables, por lo que los dejó trabajar y se dirigió a la oficina general de la policía, donde pasaría toda la noche comandando las operaciones.

Incluso para ese entonces, Lombardo dijo que no había entendido completamente la magnitud del incidente. Tomó tiempo recopilar los hechos básicos: el número de asistentes, información del sospechoso y el número de personas que la policía creía que estaban heridas. Pero Lombardo cree firmemente en empoderar a los oficiales para que se hagan responsables de sí mismos, y no tengan que esperar indicaciones de sus superiores — y eso es exactamente lo que dice que todo mundo hizo ese domingo en la noche.

"Sabemos qué hacer en un momento crítico, dónde responder y cuáles son nuestras funciones y eso fue inmediato, todo mundo sabía o puso atención y ya teníamos a todos nuestros componentes clave en su sitio cuando yo me involucré”, señaló Lombardo.

Es un mensaje que el alguacil ha estado comunicando al departamento durante muchos años, incluso antes de que asumiera el cargo. El cabildero de la Policía Metropolitana, Chuck Callaway, recordó cómo Lombardo subrayó que todos en la agencia son líderes, mientras impartía una clase de liderazgo hace seis o siete años.

"No importa si eres un civil trabajando en los archivos",  dijo Callaway. "Como el agente Cook, no importa si acabas de salir de la academia, si tienes dos días en el trabajo, eres un líder. Las personas que llaman te están buscando para obtener ayuda”.

Una vez que el departamento determinó que la situación estaba bajo control y que el tirador había muerto, su preocupación giró en torno a si existían nuevos sospechosos. El incidente había generado  llamadas desde varios hoteles a lo largo y ancho del Strip — Tropicana, Luxor, New York-New York y Aria — con informes de otros tiradores o, en uno de los casos, una posible amenaza de bomba.

Los oficiales fueron enviados rápidamente a los lugares, donde determinaron que todos los informes eran falsos. Pero la Policía Metropolitana estaba preparada ante la posibilidad de múltiples tiradores, en gran parte porque los líderes departamentales habían sido entrenados en Mumbai, durante los atentados de 2008, en los que 10 miembros de una organización terrorista realizaron una serie coordinada de 12 ataques con disparos y bombardeos en diferentes lugares a lo largo de cuatro días.

"Lo que hemos aprendido es que no tienes un cúmulo excesivo de recursos, no todo mundo va a la misma ubicación, en caso de que haya más de un área con posibles tiradores, y fue reconfortante escuchar en la radio que eso estaba ocurriendo”, agregó Lombardo.

Cuando regresó a la sede de la Policía, donde el número de autoridades y líderes de la comunidad que se habían reunido iba en aumento, Lombardo atendía el teléfono, veía reportes en televisión y monitoreaba información en la computadora.

"Estaba digiriendo toda esta información que decenas de individuos le estaban proporcionando y hacía llamadas para dar instrucciones”, dijo Sisolak, quien estaba en la misma sala. "Estaba totalmente en control y nunca perdió su perspectiva”.

Fue ahí donde Lombardo se enteró de la primera cifra de muertos: 20 fallecidos y más de 100 heridos.

"Creo que el momento más difícil fue cuando recibí la evaluación inicial de las lesiones y las personas que habían muerto”, dijo. "Yo sabía que iba a aumentar”.

Un acto de equilibrio

Poco después, Lombardo compartió esa mala noticia con el mundo en la primera de muchas ruedas de prensa acerca de la masacre. Fue el comienzo de un delicado acto de equilibrio que le valió tanto críticas como algunos elogios a lo largo del camino.

El dilema para un alguacil que acaparó la atención nacional: ¿Cuánto debe saber el público — y cuándo — durante una muy complicada investigación con miles de testigos y un pistolero que aparentemente mantuvo muchos aspectos de su vida en secreto?

El Sheriff de la Policía Metropolitana de Las Vegas, Joe Lombardo, durante una rueda de prensa acerca del tiroteo en el Route 91 Harvest Festival. Lunes 9 de octubre del 2017. (Foto: Jeff Scheid / The Nevada Independent).

"El problema conmigo es que el ciclo de noticias es tan corto y rápido que el fervor por información es muy denso y, como se pueden imaginar, una investigación de esta magnitud lleva tiempo y la gente necesita entenderlo”,  dijo Lombardo.

El alguacil afirmó que optó por proveer varios detalles prematuramente, incluyendo algunos que luego cambiaron, para ayudar a calmar a la comunidad y potenciar el poder de los medios de comunicación, que describe como una " fuerza multiplicadora”. La decisión le resultó en algunos dolores de cabeza conforme la policía luchaba para verificar la cronología de cuándo el pistolero, Stephen Paddock, de 64 años de edad, baleó a un guardia de seguridad del Mandalay Bay y abrió fuego hacia el festival.

Primero Lombardo le dijo al público que el guardia de seguridad, Jesús Campos, había interrumpido la balacera, llamándolo un "héroe.” Días después, el alguacil subió al podio de nuevo y revisó la línea de tiempo: Dijo que Campos realmente había sido baleado a las 9:59 p.m., seis minutos antes de que el pistolero abriera fuego sobre la multitud.

Al día siguiente, MGM Resorts, propietario del Mandalay Bay, puso en duda la nueva cronología diciendo que "tal vez no era exacta". Dos días más tarde, la empresa dio a conocer otro comunicado señalando que hubo balazos en el festival al mismo tiempo o dentro de los 40 segundos en que el guardia de seguridad avisó por radio que se habían hecho disparos.

Conforme las contradicciones en la cronología generaron más preguntas — y teorías de complot — todas las miradas se concentraron en Lombardo cuando apareció ante las cámaras el 13 de octubre. Entonces corrigió el segundo tiempo de la cronología, diciendo que estaba de acuerdo con la secuencia de eventos del MGM.

"No hay un complot entre el FBI, LVMPD y el MGM", dijo ese día. "Nadie está tratando de ocultar nada referente a esta investigación”.

La disposición de Lombardo de compartir datos iniciales que no habían sido verificados en los primeros días de la investigación no sorprendió a quienes han trabajado con él a través de los años. Sus antiguos jefes y líderes de la comunidad lo describen como un líder transparente y brutalmente honesto que va directo al asunto.

Callaway, de la Policía Metropolitana, dijo que como alguacil Lombardo ha luchado por ser transparente con la comunidad, ya sea proporcionando la mayor cantidad de información lo más pronto posible acerca de tiroteos en donde la policía estuvo implicada, o defender a sus oficiales cuando él cree que actuaron apegados a derecho, como cuando la policía detuvo al jugador estrella de fútbol americano, Michael Bennett. Eso mismo sucedió con la balacera, dijo.

"Es un ejemplo perfecto de cómo brindar la información que el público necesita y merece tener, de forma rápida y oportuna, pero al mismo tiempo, comprender que tienes una enorme investigación en desarrollo y a veces dar información demasiado rápido, más adelante trae como resultado tener que hacer correcciones y cómo eso tiene un impacto en la percepción”, dijo Callaway. "Puedo decir que tan solo después de hablar con él y ver su lenguaje corporal, ha estado frustrado, ya que algunos de los datos que compartió anteriormente se han puesto en tela de juicio porque en su corazón desea equilibrar esto y eso es importante para él”.

Una ventana rota en el piso 32 en el Mandalay Bay el lunes 2 de octubre de 2017, desde donde el gatillero disparó hacia los asistentes al concierto. (Foto: Jeff Scheid / The Nevada Independent).

El asunto de la cronología de los hechos no fue lo único que despertó críticas en contra del departamento. Los medios de comunicación, particularmente durante la segunda semana de la investigación, preguntaron por qué los oficiales tardaron tanto para llegar al piso 32 del hotel Mandalay Bay y luego entrar a la habitación del sospechoso.

Una nota de The Los Angeles Times publicada tras la conferencia de prensa del 13 de octubre detalló algunas de los interrogantes aún sin responder:

“Pero el recuento más reciente de los investigadores aún no resuelve las preguntas de por qué la policía tardó 12 minutos en encontrar la habitación del pistolero cuando los oficiales ya estaban dentro del Mandalay Bay Resort y Casino cuando comenzó el ataque”, afirma la nota del periódico."El recuento más reciente tampoco indica por qué los agentes revisaron primero otros pisos del hotel si habían recibido un informe de seguridad del hotel indicando que el pistolero estaba en el piso 32”.

Lombardo se refirió a la crítica en contra de su departamento como "ofensiva" y dijo que nunca fue su intención proporcionar información errónea. Reiteró su mantra en cada conferencia de prensa: Esa información puede cambiar y probablemente cambiará.

"Esa es la búsqueda de equilibrio de la que hablamos — es demasiada información — y simplemente no me puedo quedar atorado en eso”, dijo. "Me siento cómodo viéndome en el espejo”.

Lombardo, quien fue candidato oficial a alguacil en el 2014, ha trabajado en los últimos tres años para obtener apoyo de quienes no lo respaldaron para ocupar el puesto de nuevo, incluidos los empleados de su propio departamento de policía. En la contienda, The Las Vegas Police Protective Association, sindicato que representa a los agentes de Metro, respaldó al Capitán retirado de la Policía Metropolitana, Larry Burns.

"Había otros candidatos que eran más populares entre los agentes. Joe es un poco el que impone la disciplina. Joe es un hombre muy estructurado. Él no es realmente una persona que te da palmadas en la espalda y te hace sentir bien", dijo Billy Vassiliadis, un operado veterano y agente Demócrata en el estado. "Creo que en los últimos años y especialmente con este incidente, ha unificado a la Policía Metropolitana”.

El presidente y gerente general de MGM, Jim Murren, minimizó cualquier fricción  aparente entre la empresa de apuestas y el alguacil en los días siguientes al tiroteo. Dijo que Lombardo ha hecho un  trabajo notable tras la tragedia del 1 de octubre.

"Cuando se lanzó para el cargo de alguacil, nosotros no lo apoyamos. Tuvimos otro candidato en mente. El alguacil Lombardo ganó, lo conocimos, y nos dimos cuenta después de los hechos que habíamos tomado la decisión equivocada”, dijo Murren. "Tenemos a la persona adecuada en el lugar adecuado, y cada año que pasa, estoy más convencido de eso”.

Murren se refirió a sus "varias" conversaciones con Lombardo en semanas recientes como "profesionales, directas, concisas y de colaboración”.

Los predecesores del Lombardo, los ex alguaciles Bill Young, y Doug Gillespie, afirmaron que su liderazgo en el momento de la crisis demostró que él era el hombre adecuado para el trabajo.

"En cuanto a mí se refiere, no había nadie que podría haberlo manejado mejor”, dijo Young, cuya hija salió físicamente ilesa del tiroteo. "Lo tengo en el mejor de los conceptos”.

Gillespie vio el potencial de Lombardo cuando trabajó con él en la oficina de antinarcóticos. Cuando Gillespie comenzó a trabajar como capitán, Lombardo era un sargento de antinarcóticos que parecía ser la persona a la cual sus compañeros debían dirigir todas sus preguntas y pedir consejos. Gillespie resaltó el liderazgo de Lombardo, su ética de trabajo duro, atención al detalle y rápidas habilidades analíticas.

Gillespie da crédito al ingeniero que después se volvió policía por haber ayudado al departamento a resolver el problema de tener un sistema de radio defectuoso en la Policía Metropolitana, que causó la baja de un proveedor de servicios de telecomunicación y poner en marcha un nuevo sistema en 2015.

"Vaya que fue rápido en ir a esas reuniones con ejecutivos y técnicos de la compañía de sistemas de radio y fue capaz de entender y hablar en su mismo idioma", dijo Gillespie.

El ex alguacil precisó que detrás de la personalidad dura y directa de Lombardo hay un hombre cuidadoso y atento que en los días posteriores a la balacera desempeñó varios roles — mente táctica, líder de la comunidad y ofrecer consuelo a las víctimas.

"No hay un buen líder que se case con un solo estilo de liderazgo", dijo Gillespie. "Ellos tienen la capacidad de pasar libremente de un estilo a otro, y creo que ha hecho un trabajo fenomenal en esta última semana”.

Jan Jones Blackhurst, ejecutiva de Caesars Entertainment y ex alcaldesa de Las Vegas, describió a Lombardo como un líder sereno y firme que también es directo y eficiente a la hora de resolver problemas.

"Todos aquellos rasgos que vieron antes de este acto atroz realmente se manifestaron al triple durante este evento”, dijo.

Sanar un departamento y una comunidad

Mientras los oficiales de Las Vegas investigaban y trataban de evitar robos de auto, asaltos y homicidios — delitos comunes en zonas urbanas — todos sabían que acechaba una amenaza mayor: Un ataque terrorista a gran escala o un pistolero solitario que quisiera protagonizar una masacre.

 En gran medida, la meca del entretenimiento se había librado de las tragedias que cubrieron el mapa de los Estados Unidos, pero Las Vegas nunca fue totalmente inmune a esto. En 2014, una pareja mató a dos oficiales de la policía de Las Vegas en una pizzería y a un civil en un Walmart. Un año después, un vehículo conducido por una mujer de 24 años de edad arrolló a peatones en Las Vegas Strip, matando a una persona e hiriendo a decenas más.

Pero Lombardo dijo que nada podría haberlo preparado para lo que sucedió el 1 de octubre.

"Como jefe de departamento rezas para que nunca tengas ver en la pared la foto de un agente, mucho menos a raíz de un incidente tan grave como este”, dijo Lombardo. "¿Creen que estoy orgulloso de que el peor incidente en la historia de los Estados Unidos haya ocurrido bajo mi mando y en mi comunidad? No, no estoy orgulloso de eso”.

Lombardo no estaba solo al tener que navegar a través de un desastre provocado por la mano del hombre. En las horas y en los días posteriores la balacera, su teléfono sonó con mensajes de apoyo de sus compañeros de todo el país que habían experimentado tragedias similares en sus propias comunidades.

El alguacil Jerry Demings lo llamó desde Orlando, al igual que el alguacil del Condado de Los Ángeles, Jim McDonnell, y el Jefe del Departamento de Policía de Los Ángeles Charlie Beck. McDonnell y Beck le ofrecieron recursos.

El alguacil Joseph Lombardo -a la izquierda- con un nuevo oficial durante los ejercicios de graduación del Departamento de la Policía Metropolitana. Jueves 19 de octubre de 2017. (Foto: Jeff Scheid / The Nevada Independent).

El mensaje más significativo provino de Orlando: Cuídate tú y cuida a tus agentes.

"La gente tiende a dejar que el machismo se interponga en el camino, no importa si eres hombre o mujer, y creo que es importante para nuestros supervisores — y elaboré un video dirigido al personal para atender este asunto — vigilar a nuestra gente y asegurar que les estemos ofreciendo recursos, tanto a corto como a largo plazo”, enfatizó Lombardo.

La policía ha dejado la mayoría de la investigación del tiroteo al FBI, pero la tragedia nunca estará lejos de su mente. El viernes pasado, el departamento sepultó a Hartfield, el oficial fuera de servicio quien fue asesinado en el festival de música.

Su retrato se agregará a la pared que tiene Metro en honor a policías fallecidos.

Y, sin embargo, ocurrió algo particular luego del tiroteo: El número de aspirantes a la policía se ha duplicado cada día, según comentó Lombardo.

Quizá fue el valor que mostraron los oficiales o la generosidad de la comunidad lo que inspiró la afluencia de solicitudes. Eso deben averiguarlo los reclutadores. Después de todo, es su trabajo asegurar que la gente realmente quiera ser agente policíaco de profesión.

En cuanto a Lombardo, él todavía tiene un compromiso a largo plazo.

La tragedia hizo que por un momento cuestionara su permanencia en el puesto que actualmente ocupa, pues dijo que buscará un segundo mandato como alguacil en el 2018. Hay más por hacer, incluyendo frenar crímenes violentos, fortalecer las filas de la policía con más oficiales y mejorar los servicios de salud mental a nivel local.

"Esto le pesa a cualquiera y si dicen que no, están mintiendo”, dijo Lombardo. "Pero creo que todavía tengo mucho más que ofrecer. Creo que todavía tengo mucha vitalidad”.

Nota: MGM Resorts International ($350.000), Caesars Enterprise Services ($50,000), R&R asociados ($33.500), el Comisionado del Condado Clark Steve Sisolak ($1.000) y el Alguacil de la Policía Metropolitana Joe Lombardo ($500) son donantes de The Nevada Independent.

 

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