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Acoso sexual: Más que dos palabras

Luz Gray
Luz Gray
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En medio de la reciente ola de acusaciones por acoso y abuso sexual no solo a nivel nacional sino estatal y en esferas que van desde la política, los deportes y el entretenimiento, la conversación acerca del movimiento #MeToo o #YoTambien ha resurgido con fuerza.

El tema del acoso y abuso sexual ha impulsado la apertura no solo hacia un reforzamiento en la concientización, sino a la exposición de situaciones que muchas de las víctimas se llegan a guardar durante años.

A finales de enero de este año, el Centro de Ayuda para Víctimas de Abuso Sexual (Rape Crisis Center) informó que en el 2017 vio un incremento en solicitudes de servicios de consejería, brindó atención a un promedio de 100 clientes activos en consejería por mes en el 2017; lo que representa un incremento del 25 por ciento en comparación con el 2016.

Además de sus servicios de consejería, el Centro asistió a 747 víctimas en hospitales, incluyendo ocho víctimas en un periodo de 24 horas atendidas en julio. En el 2016, la institución brindó ayuda a 715 víctimas en los hospitales.

Desde la exploración del concepto, tabúes, tradiciones y diferencias culturales, recursos de ayuda o cómo inmigrantes recién llegados a los Estados Unidos pudieran desconocer las leyes relacionadas con acoso y abuso sexual en el país, en el episodio más reciente de Cafecito con Luz- Temas comunitarios, el podcast en español de The Nevada Independent, Wendy Losada, intercesora de víctimas para el Centro, abordó esos temas, incluyendo la necesidad de informar a víctimas y sobrevivientes para que inicien su camino hacia la recuperación y la sanación.

Aquí algunos de los ángulos que se abordaron en el episodio.

El concepto

La referencia constante al tema y los casos de personas que continúan sacando a la luz sus testimonios, ha llevado no solo a explorar los orígenes del movimiento #YoTambien hace una década, sino a entender el significado mismo tanto del acoso, como del abuso sexual.

Losada, cuyo trabajo primordial en el Centro consiste en acompañar a víctimas y sobrevivientes durante los procesos en corte, explicó que el problema empieza desde el momento en el que se rebasa la línea del consentimiento mutuo donde el control juega un papel primordial.

“El acoso sexual son avances no deseados. El acoso es un tipo de acercamiento, una presión, pero es de naturaleza sexual. Esto es algo que no es recíproco, no estamos hablando de una relación donde se hacen esos acercamientos y, por lo general, es muchas veces de alguien que tiene algún tipo de poder o control sobre esa víctima, ya sea un jefe o un supervisor, alguien en su trabajo que le está haciendo puede ser ya verbal, puede ser físico, puede ser solicitud directa de tener sexo a cambio ya sea de favores o de alguna recompensa”.

Losada indicó que el acoso también se puede ejercer de manera verbal, directa o indirectamente. Por ejemplo, a través de chistes vulgares de naturaleza verbal, comentarios acerca del físico de una persona, cómo está vestida, o referirse a ella bajo ciertos nombres.

“Un tipo de mirada que puede hacer que alguien se sienta incómodo, algún tipo de gesto de naturaleza sexual. Eso es todo parte de acoso sexual; puede ser ni siquiera sin decir nada”, dijo Losada. “El enseñarle fotos explícitas de pornografía, algo que hace a esa persona sentir incómoda y es algo no deseado; esa víctima no quiere ser parte de lo que la otra persona le está enseñando, diciendo o haciendo”.

Percepción, edad y patrones culturales

Una de las primeras realidades que viven inmigrantes recién llegados a los Estados Unidos no solo tiene que ver con el idioma, sino con leyes y costumbres que son diferentes a sus lugares de origen.

Saludar con un beso en la mejilla podría tomar otra connotación o rebasar límites bajo la perspectiva del acoso sexual, por ejemplo, en el centro de trabajo; o hacer que una víctima o sobreviviente reaccione a un trauma que ha tenido en el pasado.

Al respecto, Losada indicó que es imprescindible reflexionar antes de actuar y prestar atención a la reacción de las personas.

“Como latinos nosotros abrazamos, besamos, aunque no conocemos a la persona y tenemos que entender y aprender que donde vivimos ahora o en esta sociedad hay que tener un poquito más de cuidado”, comentó Losada. “Pero también tenemos que aprender a preguntar, a aprender cuáles son los límites de las otras personas, como ‘¿Está bien si le doy un abrazo?’ O ‘¿Le puedo saludar con un beso?”.

Losada también se refirió a la educación preventiva a temprana edad y a costumbres que, si bien se han mantenido por años en la comunidad latina, bajo un contexto de acoso sexual pudieran poner en riesgo a los niños.

El diálogo con los menores, agregó Losada, abarca explicarles que deben acudir a los adultos cuando no se sientan cómodos, y si alguien los obliga a tener contacto físico.

“Nosotros aquí en el centro, cuando damos las clases de prevención y educación, hablamos de que nosotros como los latinos pues sí somos cálidos y también les enseñamos a nuestros niños: ‘Vete a darle un beso a la tía o vete a darle un abrazo’ y a veces obligamos a nuestros niños a que abracen a personas que ellos ni conocen”, dijo Losada. “Y esto no es tanto como el acoso, pero para que vean que desde jovencitos tenemos que enseñarles a nuestros niños que hay límites y que no siempre hay que estar abrazando y besando a todo el mundo porque también ahí se abre también el paso a que los depravados se aprovechen de que obligamos a nuestros niños a abrazos y besos”.

Romper el silencio

Uno de los pasos más difíciles para una víctima de acoso o abuso sexual es hablar de lo ocurrido y encontrar los canales calificados para encontrar ayuda legal e iniciar un proceso de sanación.

Aunque una persona puede demandar en caso de haber sido víctima de acoso sexual, no es un delito, pero si involucra tocamientos indeseados o coerción extrema, puede ser definido como asalto sexual, lo que constituye un delito.

Lo anterior, de acuerdo con Losada, no solo afecta la salud física y mental de la persona, sino que pudiera ser un reto para quienes no cuentan con seguro médico, piensan que ya no tiene caso hablar de lo sucedido porque han pasado los años, no hablan inglés, temen que se les cuestiones acerca de su estatus legal, o simplemente, desconocen que hay ayuda disponible.

“No importa si el crimen ha pasado hace muchos años… Obviamente sí hace una diferencia hace cuánto tiempo pasó si esta persona quiere reportar; aquí en Nevada recientemente cambió que la víctima tiene hasta 20 años para hacer un reporte… y muchas veces a las víctimas esto les ayuda a sentir que están tomando control de lo que les ha pasado”, indicó Losada.

“Muchas víctimas no saben que hay esta asistencia. Nosotros trabajamos en conjunto con la fiscalía y tenemos acceso al sistema donde le podemos mantener actualizado en su caso, quién es su fiscal, cuándo tiene que ir a corte y no queremos que nadie tenga que ir solo o sola durante este proceso”, dijo Losada. “Especialmente con la comunidad latina donde no le proveen un intérprete como se debiera muchas veces. Pues estamos aquí para asegurarnos que se le den todos sus servicios y que entiendan todo lo que está pasando porque esto es un proceso muy serio donde hay que entender cierto por ciento que está ocurriendo con esta investigación o con este caso en el proceso judicial”.

Losada agregó que el resurgimiento de #YoTambien le ha abierto los ojos tanto a las víctimas, como a la sociedad en general.

“Las víctimas se están dando cuenta de que sí, esto le puede pasar a cualquiera; tenemos que aprender de este movimiento que eso no importa, no importa la raza, no importa el género, no importa la edad, no importa qué trabajo se está haciendo”, dijo Losada.

 

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