Equipo femenino ecuestre transmite tradiciones ligadas a la Revolución Mexicana
Esta nota fue traducida al español y editada a partir de una versión en inglés.
Rigo Favela ayuda a su hija de 10 años a colocar la silla en su caballo, Rayo, y asegura la hebilla antes de subirla para que ella se pueda unir al resto del equipo.
Lizzy Favela es parte del equipo femenino ecuestre Escaramuza Charra Colibríes de Nevada, que participa en eventos culturales durante todo el año.
“Ella nació con botas y sombrero”, dijo Rigo acerca del amor que su hija le tiene a los caballos. Lizzy Favela señaló que ella se unió al equipo después de quedar cautivada al ver a mujeres y niñas haciendo lo que ella ama, que es montar a caballo. Eso es algo que, en su mayoría, ella solo había visto hacer a los hombres.
La escaramuza charra es la rama femenina de la charrería, el deporte nacional de México que abarca tradiciones transmitidas de generación en generación. Durante años, la charrería fue considerada un deporte solo para hombres, pero la escaramuza charra forma parte oficialmente de este deporte desde 1989, cuando se creó un reglamento específico para equipos femeninos.
El grupo, que suele estar formado por ocho niñas o mujeres, realiza coreografías sincronizadas a caballo. Los conjuntos siguen pautas estrictas para preservar la autenticidad histórica y cultural.
Junto con un rebozo alrededor de la cintura, botas y un sombrero, las integrantes montan a caballo y portan coloridos vestidos bordados inspirados en las Adelitas; mujeres que lucharon en la Revolución Mexicana.
La Escaramuza Colibríes es un equipo sin fines de lucro, fundado por Yudit Piñedo hace ocho años. Piñedo creció en Jalisco, México, montando caballos y rodeada de la tradición de la charrería, que le inculcó su padre. Ahora, se la está transmitiendo a su hija y a otras niñas y mujeres en Las Vegas.
“Fundé esta escaramuza para enseñarle a mi hija nuestras tradiciones, nuestras culturas, que se sienta orgullosa de sus raíces mexicanas”, dijo Piñedo. “Y también poderle dar la oportunidad a otras niñas de que vivan esta aventura, que es algo tan, tan bonito
Piñedo no cobra a las integrantes por unirse o participar, pero ellas deben comprar sus vestidos y accesorios, y llevar y cuidar a sus propios caballos.
Las asociaciones de charros y los equipos de escaramuza en los Estados Unidos se registran en la Federación Mexicana de Charrería, que regula la práctica de este deporte.
Junto con técnicas ecuestres y coreografías para presentaciones y competencias, las integrantes aprenden comunicación, trabajo en equipo y cómo ser responsables de su caballo, dijo Piñedo.
En los ocho años de Escaramuza Colibríes, el equipo ha pasado de tener solo niñas y adolescentes a incluir también a personas adultas; incluyendo a las madres de integrantes actuales que quieren aprender a montar.
Una de ellas es Yuri Figueroa, quien se sumó al equipo junto con su hija de 7 años. Figueroa aprovechó la oportunidad para expresar su amor por los caballos, y pasar más tiempo entre madre e hija.
“También es terapia. Te saca del mundo estresante que existe”, dijo Figueroa. “Puedo mostrarle a mi hija que podemos ser un equipo y trabajar juntas”.
Su hija, Jaydee Olague, es la integrante más joven de Escaramuza Colibríes. Ella se unió al equipo a los 5 años para disfrutar de su pasión por montar a caballo.
A lo largo del año, el equipo participa en varios eventos culturales, incluyendo las celebraciones del Mes de la Herencia Hispana.
El equipo da la bienvenida no solo a niñas mexicanas o latinas. La hija de Piñedo, Yuliza, invitó a una colega barrilera para que se integrara a la escaramuza. Alannah Pellino no habla español, pero después de asistir a una práctica, le encantó el deporte y el equipo.
“Después de la primera práctica, me terminó gustando mucho, y a él también”, dijo Pellino acerca de su caballo, Drifter.
Mia Flores, la integrante más nueva, comentó que ha sido un reto, pero que ella ha disfrutado la experiencia. Junto con el resto del equipo, Flores participó el mes pasado en el evento del Día de la Independencia de México; lo cual, agregó, es una parte del deporte que la enorgullece.
“Lo que me hizo meterme a esto probablemente fue la cultura, porque es mi cultura, y mucha gente parece olvidar lo importante que es tener una gran comunidad”, dijo. “Así que ahora que tengo la oportunidad de mostrárselo a la gente, quiero enseñar de dónde vinieron mis antepasados”.