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La lactancia es complicada para madres que trabajan. Legisladora de Nevada la quiere facilitar.

La iniciativa AB266, pendiente en la Legislatura, agregaría protecciones para madres lactantes en lugares públicos.
Lizzie Ramirez
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Patricia Orellana plays with her daughter Grace inside their Las Vegas home.

Esta nota fue traducida al español y editada a partir de una versión en inglés.

Cuando Patricia Orellana estaba embarazada, no pensó que iba a enfrentar tantos retos tan solo para lactar — en especial al ser una madre que trabaja.

Cuando ella regresó a su empleo como asistente de posgrado en la Universidad de Nevada, Las Vegas (UNLV) pronto enfrentó dificultades con su horario y falta de espacios adecuados para extraer y almacenar leche materna.

Con el tiempo, sintió que no tenía más opción que dejar su trabajo.

“No esperaba que la gente fuera tan cruel”, dijo Orellana en una entrevista. “Aquí hay una madre estudiante que acaba de dar a luz, y en lugar de tratar de cooperar con esta persona que tiene una bebé recién nacida y la está amamantando, la están acosando para dejar su trabajo”.

La queja formal de Orellana ante UNLV no procedió, pero legisladores están tratando de crear más vías para quejas por discriminación y falta de recursos para madres lactantes como ella. 

Inspirándose en su propia experiencia como madre primeriza, la Asambleísta estatal Demócrata Cecelia González comentó que el estado necesita hacer más.

Su proyecto de ley AB266, requeriría que agencias de salud estatales realicen una campaña de información sobre los beneficios de la lactancia y prohibirían que un lugar público (cualquier negocio o lugar donde se invita al público) niegue el acceso si una mujer está lactando.

La leche materna proporciona más de 400 proteínas diferentes e incluso puede producir anticuerpos para proteger de enfermedades a los bebés.

Orellana presentó una queja ante la Oficina de Igualdad en el Empleo y el Título IX. La agencia le indicó que no encontraron bases para argumentar discriminación.

Además de la protección para la lactancia materna en lugares públicos, la AB266 permitiría que madres lactantes interpongan una demanda civil o queja ante la Comisión de Igualdad de Derechos de Nevada. Esto podría dar lugar a una investigación e implementación de medidas correctivas.

“Hay protecciones federales por parte de tu empleador que te permiten extraer leche y tomar los descansos que necesites”, afirmó González. “Ella no tenía ni idea de eso”.

La Asambleísta estatal Demócrata Cecelia González carga a su hija Itsara en la Legislatura en Carson City el 11 de abril de 2025. (David Calvert/The Nevada Independent)

Retos en la práctica

Según el Departamento de Trabajo de los EE. UU., las madres en lactancia pueden tomar descansos razonables cuando la empleada necesite extraerse leche y a las trabajadoras legalmente no se les pueden negar esas pausas. Esa agencia señala que la duración de los descansos puede variar según factores de la persona y el niño.

Pero en la experiencia de Orellana, esas protecciones no fueron suficientes. Tres meses después de regresar de la baja por maternidad, su nuevo supervisor le informó que su horario de trabajo desde casa y en persona ya no era viable. 

En un documento obtenido por The Nevada Independent, el departamento de recursos humanos de UNLV aprobó descansos de 30 minutos cada dos o tres horas para Orellana, con la condición de que sus turnos se extendieran para compensar esos recesos.

Las madres de recién nacidos necesitan amamantar o extraerse leche cada tres horas y el proceso dura casi media hora cada vez.

Orellana le comunicó al administrador de la Ley de Estadounidenses con Discapacidades, Austin Connell, que 30 minutos no eran suficientes, en parte debido al tiempo que lleva desmontar y limpiar las partes del extractor de leche.

En cuanto al almacenamiento de leche materna, la oficina donde trabajaba le recomendó que comprara su propio mini refrigerador para ponerlo debajo de su escritorio. Pero cuando fue trasladada a la oficina principal, donde no había enchufe para el refrigerador, lo que la aisló de sus suministros y privacidad, Orellana decidió renunciar.

El portavoz de UNLV, Tony Allen, respondió a The Nevada Independent que esa universidad no puede comentar sobre asuntos relacionados con el personal, pero se refirió a las conclusiones de una investigación sobre las quejas de Orellana, que indicaron que no había pruebas suficientes para determinar si hubo discriminación por edad o estado de embarazo en este caso.

González, quien se convirtió en madre por primera vez el año pasado, comentó que, cuando viajó a Europa, vio cómo otros países daban prioridad a la leche materna en lugar de la fórmula. Con el tiempo, se sintió más cómoda amamantando en público.

"Pensé: 'Me da igual', porque estoy alimentando a mi bebé", dijo González. "Si quieres sexualizarlo o verlo raro, te corresponde a ti".

Patricia Orellana juega con su hija Grace en su casa de Las Vegas el 23 de abril de 2025. (Daniel Clark/The Nevada Independent)

Pensando a futuro

Como Orellana renunció a su trabajo anterior, una decana de UNLV le dijo que la iba a ayudar a encontrar un nuevo puesto. Ninguna de las opciones parecía ofrecer las condiciones que Orellana necesitaba, así que la decana la contrató como asistente de investigación.

“Ella me permitió trabajar desde casa, así que eso he estado haciendo”, dijo la madre de familia.

A Orellana le informaron que no habrá presupuesto para su puesto este verano ni el próximo otoño, lo que significa que otra vez se va a quedar sin trabajo. Pero sigue adelante — se va a graduar con dos maestrías en diciembre.

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