Esta nota fue traducida al español y editada para brevedad a partir de una versión en inglés.

Latinos de Nevada, especialmente de origen mexicano, se reunieron en iglesias este fin de semana en múltiples misas masivas; muestras de danza tradicional azteca; y para cantar Las Mañanitas a la medianoche.

Todo es parte de la fiesta de la Virgen de Guadalupe, un evento espiritual significativo con raíces en la historia colonial de México.

Además de las celebraciones locales, la virgen inspira a millones de personas cada año a hacer una peregrinación a la Basílica de Guadalupe en la Ciudad de México, uno de los sitios católicos más visitados del mundo.

Ivan Sandoval-Cervantes, profesor de antropología cultural en la Universidad de Nevada, Las Vegas (UNLV), dijo que la virgen es omnipresente y perdurable porque es un lugar seguro para muchas personas. Algunos pueden verla como una figura puramente católica o religiosa, mientras que otros aprecian las raíces de las culturas indígenas de México.

“La virgen es tan popular porque puede significar muchas cosas para muchas personas y, sin embargo, las une”, dijo Sandoval-Cervantes.

Linda Curcio-Nagy, decana asociada del Colegio de Artes Liberales en la Universidad de Nevada, Reno (UNR) y profesora de historia latinoamericana, agregó que la Virgen de Guadalupe trasciende el aspecto religioso de su imagen.

“Incluso si no eres un católico que va a misa todos los domingos, que se confiesa cada dos días — tal vez uno se sienta muy secular — todavía hay una devoción muy fuerte hacia ella, porque es un símbolo de devoción religiosa y un símbolo nacional”, dijo.      

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La historia de la Virgen de Guadalupe

Se dice que Juan Diego Cuauhtlatoatzin, quien vivió de 1474 a 1548 y fue bautizado por misioneros católicos durante la colonización, se encontró con la Virgen de Guadalupe en el cerro del Tepeyac mientras caminaba entre su casa y una misión franciscana.

La Virgen de Guadalupe le habló en su idioma náhuatl, relató él más tarde. Se paró frente al sol, una luna creciente y un ángel a sus pies, y vestía un manto lleno de estrellas, que representa el comienzo de una nueva civilización. Una cinta negra alrededor de su cintura representa el embarazo, que el Papa Juan Pablo II relacionó con el nacimiento de Jesucristo en el Nuevo Mundo.

Este encuentro fue la primera revelación de María aprobada por el Papa que sucedió en el “Nuevo Mundo” fuera de Europa, y la primera presentación indígena de la Virgen María.

“Ella es una morenita”, dijo Curcio- Nagy. "La ropa que lleva puesta e incluso el cinturón y la forma en que está atado es indicativo de una noble mujer indígena de la época".

La virgen le pidió a Juan Diego que se acercara al obispo regional para solicitar que se construyera una iglesia en el cerro Tepeyac a su nombre.

Según la historia, ella le indicó que subiera la colina y recogiera flores allí. Cuando Juan Diego entregó las flores ante el obispo, una imagen de la Virgen de Guadalupe se reveló milagrosamente en su manto. El obispo se arrodilló ante la imagen y acordó construir un templo en el cerro del Tepeyac.

Daniel Enrique Pérez, decano asociado de la Facultad de Artes Liberales de la UNR y profesor de estudios chicanos y latínos, afirmó que al menos parte de la razón por la que se venera profundamente a la Virgen de Guadalupe es porque representa una intersección del pasado indígena de México y el presente colonizado.

“Ella es en gran medida una representación del moreno y el mestizaje y la unión”, enfatizó Enrique Pérez. “Algo importante que se debe hacer es no pretender que la unión no fue conflictiva o que no implicó la pérdida de vidas y el genocidio”.

Conexiones personales

Su viaje lo llevó a un sitio donde supuestamente se había aparecido la Virgen de Guadalupe en una finca en Venezuela.

“Pero fui a buscar a mi madre a los lugares donde había aparecido la virgen y, por supuesto, mi madre no estaba”, dijo.

Eso es parte de la conexión con la Virgen de Guadalupe, agregó. Debido a que representa una amplia diversidad de personas, es fácil ver a los seres queridos en su imagen.

Enrique Perez encontró a su madre, pero no dónde, ni cómo esperaba.

“Me di cuenta de que mi madre está en mí por la forma en que me crió”, dijo. “Soy la persona que soy gracias a ella. Fue una búsqueda importante en la que participé y aprendí lecciones valiosas de ella, pero, por supuesto, no encontré a mi madre donde pensé que la encontraría. La encontré mucho más cerca".

La conexión que sienten las personas de países latinoamericanos y los latinos en los Estados Unidos con la Virgen de Guadalupe es evidente en hogares, negocios, lugares de culto, ropa, joyas y tatuajes.

Curcio dijo que la imagen de la Virgen de Guadalupe ayuda a crear un sentido de conexión entre las personas que han dejado sus hogares en México u otros países, pero que anhelan mantener su identidad cultural y étnica.

El profesor de la UNR Enrique Pérez, quien es ateo, se embarcó en una especie de peregrinaje en busca de respuestas después de que su madre falleció hace algunos años.

Su viaje lo llevó a un sitio donde supuestamente se había aparecido la Virgen de Guadalupe en una finca en Venezuela.

“Pero fui a buscar a mi madre a los lugares donde había aparecido la virgen y, por supuesto, mi madre no estaba”, dijo.

Eso es parte de la conexión con la Virgen de Guadalupe, agregó. Debido a que representa una amplia diversidad de personas, es fácil ver a los seres queridos en su imagen.

Enrique Perez encontró a su madre, pero no dónde, ni cómo esperaba.

“Me di cuenta de que mi madre está en mí por la forma en que me crió”, dijo. “Soy la persona que soy gracias a ella. Fue una búsqueda importante en la que participé y aprendí lecciones valiosas de ella, pero, por supuesto, no encontré a mi madre donde pensé que la encontraría. La encontré mucho más cerca".