El Estado de Nevada pagará $939,000 dólares luego de una demanda que interpuso un hombre encarcelado contra funcionarios de la prisión después de no recibir atención adecuada para su dolor de espalda durante años a pesar de "esperar, sufrir y suplicar ayuda".

Charles Morris presentó una demanda a nivel federal en 2018, acusando a varios funcionarios médicos de la prisión estatal de "indiferencia cruel ante mi salud y bienestar personal" después de que le negaron repetidamente una cirugía de espalda que un médico había considerado necesaria.

Según la queja, Morris a menudo esperaba meses para recibir atención médica adecuada para su espalda, presentó espasmos que causaron que colapsaran sus piernas y fue sometido a una cirugía después de una caída en 2018 que lo dejó parcialmente paralizado.

En agosto, un jurado declaró responsables a tres agentes del Departamento Correccional de Nevada (NDOC) y ordenó un pago de $1.25 millones de dólares, pero el estado apeló el fallo. 

Las partes acordaron una compensación de $939,000 a principios de este año, y el convenio fue aceptado por unanimidad este martes por la Junta Estatal de Examinadores, un panel que aprueba decisiones de gasto estatal.

Como parte del acuerdo, Morris aceptó retirar otras dos demandas pendientes contra el estado.

“Ninguna cantidad compensará al Sr. Morris. Está confinado a una silla de ruedas a sus 40 años debido a la falta de atención médica por parte del NDOC”, declaró en un comunicado Paola Armeni, abogada de Morris. “Sin embargo, el acuerdo le brindará al Sr. Morris un poco de consuelo por todo lo que ha tenido que soportar. Esperemos que el acuerdo siga siendo un recordatorio de que los reclusos tienen el derecho constitucional a una atención médica adecuada y que, solo por estar encarcelados, no pueden ser ignorados”.

El NDOC declinó a hacer comentarios.

El año pasado, el estado pagó $3.4 millones a un hombre que también denunció tratamiento médico inadecuado y en 2023 la agencia sumó dos acuerdos de siete dígitos relacionados con el uso de munición de perdigones en centros penitenciarios.

En respuesta a la demanda de Morris, el estado negó acusaciones, incluyendo su responsabilidad por el creciente dolor de espalda y el retraso en el tratamiento necesario. También reconocieron que desconocían muchas de las acusaciones, como los persistentes problemas de salud de Morris, pero reiteraron que sí recibió atención médica para su espalda.

Morris está cumpliendo cadena perpetua con posibilidad de libertad condicional por el asesinato de una porrista de la Universidad de Nevada, Reno (UNR) en 1998.

Según la demanda, a Morris se le hizo una resonancia magnética hasta después de ocho años, ya que personal penitenciario rechazó sus peticiones de que se le practicara el procedimiento. Un médico indicó que la cirugía era la única solución, pero los intentos de Morris para operarse fracasaron.

En un momento dado, a Morris se le negó una solicitud que presentó para una cirugía inmediata debido al retraso de citas médicas externas, lo que, según indicó en su demanda, representó una falla para destinar recursos financieros para necesidades médicas de los reos.

En 2018, a Morris se le doblaron las piernas y cayó por las escaleras del Centro Correccional del Norte de Nevada en Carson City. Fue trasladado a un hospital donde le operaron la espalda.

La caída le dejó parcialmente paralizado del lado izquierdo. Además, aún presenta daño en los nervios y le explicaron que tal vez no recupere la movilidad completa, lo cual, según él, no habría sucedido si hubiera recibido tratamiento previo para su espalda.

“Me causó una angustia emocional y mental innecesaria saber que me ignoraron y me obligaron a soportar esta cirugía mayor, sin rehabilitación, dolor persistente y tal vez nunca me recupere por completo”, escribió Morris en un expediente judicial.