Por: Deisy Castro

Yo solo tenía cuatro años cuando mi familia emigró a los Estados Unidos. En ese momento, no tenía idea de porqué nos estábamos mudando a una tierra nueva en la cual había muchos obstáculos para nosotros: un idioma diferente, comidas diferentes, y tradiciones diferentes.

Cuando inicié la primaria, fue una bendición tener una maestra maravillosa quien me ayudó no solo con mis tareas académicas, sino a que me sintiera cómoda en este nuevo país al que yo llamaba mi hogar.

Gracias a personas como ella, yo vi a este país como si fuera el mío. Me enamoré de la escuela, y, como cualquier persona en busca del Sueño Americano, proseguí con mis estudios universitarios.

Trabajé duro para poder pagar por la universidad. Tuve dos empleos y tomaba clases. Mis esfuerzos fueron premiados en 2017, cuando me gradué con mi maestría en educación especial, cumpliendo mi sueño de ser una maestra que inspira a sus estudiantes tal y como yo había sido inspirada. Pero ese también fue el año en el que mi futuro se tornó incierto.  

Exactamente hace un año, el presidente Donald Trump puso mi futuro en limbo cuando decidió rescindir el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA). En un día, la seguridad personal y tranquilidad que tenía acerca de mi futuro aquí en los Estados Unidos fue tirado por la ventana. Se me hizo un hueco en el estómago cuando supe lo que había pasado. Estaba decepcionada, estaba molesta, y estaba increíblemente frustrada.

Los beneficiarios de DACA como yo venimos aquí sin culpa de nuestra parte, y este programa nos fortaleció para dejar de vivir y trabajar en las sombras para que pudiéramos ser parte de nuestras comunidades como todos los demás.

Estaba empezando mi segundo año como maestra para una clase intermedia de autismo, pero me sentía completamente insegura y preocupada acerca de si podría continuar haciendo el trabajo que amo.

No dejaba de pensar en qué pasaría si perdiera completamente mi protección de DACA, y me partía el corazón pensar en ser separada de mis estudiantes, mi salón de clases, y mi comunidad.

Desafortunadamente para los Soñadores como yo, el Senador Dean Heller no estuvo de nuestro lado ese año en temas de inmigración porque estaba más preocupado en estar del lado del presidente Trump.

Este año el Senador Heller ha votado en contra de dos diferentes planes bipartidistas que hubieran protegido de la deportación a los DREAMers y les hubiera brindado alivio permanente. Se ha negado a apoyar el DREAM Act, que es bipartidista.

Era claro que no abogaba por mí porque las políticas y lealtad partidistas estaban primero. Mi estatus en los Estados Unidos estaba en el limbo, y Dean Heller votó activamente contra de soluciones reales apoyadas por Demócratas y Republicanos para arreglar esta crisis.

Ahora que está en campaña para su reelección, Heller va a querer engañar a los nevadenses tratando de volver a escribir su récord en temas de inmigración. Piensa que no estamos poniendo atención, pero está en nosotros señalar sus cambios de parecer y comprobarle lo contrario. El Senador Heller dice estar del lado de los latinos de Nevada, pero después cambia de parecer y dice que siempre ha apoyado el muro ridículo en la frontera ordenado por Trump, y que no apoyará ninguna legislación de inmigración que no apoye el presidente.

Mientras que el Senador Heller juega a la política en Washington, los nevadenses en nuestra comunidad, como yo, nos preocupamos cómo será nuestro futuro.

Estoy cansada de vivir con incertidumbre. Estoy cansada de preocuparme de no poder continuar la carrera por la que he trabajado tan duro. Cualquier persona que tiene el derecho de votar tiene la responsabilidad de alzar su voz en esta elección; el futuro de miles de DREAMers depende de eso.

Deisy Castro es maestra de educación especial. Ha sido beneficiaria de DACA durante 6 años en Las Vegas. Obtuvo su licenciatura en psicología, con especialidad en terapia familiar y matrimonial, así como una maestría en educación especial en UNLV. Durante 3 años ha sido profesora en las Escuelas Públicas del Condado Clark.

El anterior es un texto de opinión que ha sido editado para extensión y claridad. The Nevada Independent no endorsa contenidos de opinión, pero invita a sus lectores a enviar textos con sus puntos de vista para consideración de los editores. Mande su texto con atención a Luz Gray, editora asociada: [email protected]