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OPINIÓN: Proclamación presidencial que cambia el procedimiento de asilo viola la ley

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Por Jocelyn Cortez

El 9 de noviembre de 2018, el Presidente de los Estados Unidos emitió una proclamación y publicó una regla provisional para restringir severamente la capacidad de solicitar asilo. El asilo es una forma de inmigración legal que se otorga cuando una persona puede demostrar que tiene miedo de regresar a su país de origen debido a persecución por motivos de religión, nacionalidad, raza, opinión política o pertenencia a un grupo social. Específicamente, la proclamación (dirigida a los centroamericanos) establece las siguientes directrices: (1) Suspender el ingreso de “ciertos extranjeros” y canalizarlos a los puertos de entrada para que “se pongan a disponibilidad de nuestro sistema de asilo” y (2) para quienes no se presenten en los puertos de entrada designados, descalificarlos sumariamente para obtener asilo.

Esta proclamación reescribe la legislación establecida efectivamente y destruye el debido proceso.

Hoy en día, la frontera de los Estados Unidos y México no está funcionando como dice el Presidente. De hecho, la frontera está todo, menos cerrada. Reportes de voluntarios en el terreno de los hechos indican que menos de un centenar de personas al día están siendo llamadas a “ponerse a disponibilidad de nuestro sistema de asilo” cuando hay 10,000 individuos esperando solicitarlo. Esta es una grave violación del debido proceso, así como una violación de la carta escrita de la ley. La simple lectura de la Ley de Nacionalidad e Inmigración (“INA”, por sus siglas en inglés) sección 208 (a)(1) expone la distorsión de esta administración de una ley federal básica: “Cualquier extranjero que esté físicamente presente en los Estados Unidos o que llegue a los Estados Unidos (sea o no por un puerto designado de llegada [...]), independientemente del estatus de dicho extranjero, podrá solicitar el asilo de conformidad con esta sección [...]”.

Canalizar a las personas a un puerto específico de entrada y luego negarse a permitir que soliciten asilo de manera razonable viola la ley. Prohibir a las personas solicitar asilo porque no se encuentran en un puerto específico de entrada también es contra la ley. La proclamación lleva a plantear una pregunta: “¿Cuál es la diferencia de ellos quienes serían inmigrantes que harían que un país esté dispuesto a violar sus propias leyes?” Yo afirmo que no hay ninguna diferencia.

Como muchos de ustedes, mis abuelos entraron a los Estados Unidos sin autorización. Al igual que muchos migrantes que están bloqueados en la frontera de los Estados Unidos hoy en día, mis abuelos dejaron Centroamérica, con la esperanza de encontrar seguridad, estabilidad y un nuevo hogar para su familia. En Las Vegas, mi abuelo trabajó como zapatero para diversos espectáculos y bailarinas en el Strip. Mi abuela trabajaba en el Stardust, aprendió a jugar con la nieve, y se enamoró de John Wayne. Así es como comenzó el viaje mágico de mi familia desde El Salvador hasta la fabulosa ciudad de Las Vegas.

Durante la década de 1980, los miembros de mi familia, y yo también, huimos de El Salvador, buscando refugio de una violenta guerra, una lucha entre guerrillas de izquierda y un gobierno militar de derecha respaldado, en gran medida, por el gobierno de los Estados Unidos. La consecuencia del ingreso “sin inspección” de mis abuelos (para usar un término legal) y la posterior recepción de estatus legal ha sido impulsar una generación de residentes de Las Vegas quienes se han comprometido de por vida con Nevada y con la nación. Mis abuelos (uno de los cuales ya falleció y la otra es una orgullosa ciudadana de los Estados Unidos) pueden presumir a muchos profesionales exitosos entre sus nietos, incluyendo: Personas quienes han servido a este país en el ejército y en el sector público, un educador quien labora en el Distrito Escolar del Condado Clark, un ingeniero eléctrico, un desarrollador de programas informáticos, un geógrafo, un líder en el sector de la hotelería, varios profesionales de bienes raíces, y una abogada (su servidora).

No cuento esta historia para presumir a nuestra familia por ser diferente o especial, porque no lo somos. Somos muy parecidos a las personas quienes están atrapadas en Tijuana que fueron bombardeadas con gases lacrimógenos y a quienes se les dice que no son bienvenidas a los EE.UU. Fuimos  — y somos — personas que huimos de la corrupción, la violencia, la extorsión y la desesperanza. Mi familia y quienes están en la frontera de los Estados Unidos somos una misma y somos iguales.

Algunos de ustedes que están leyendo esto saben lo que es venir a este país sin documentos ya sea por experiencia personal o de un conocido. Un deseo fundamental del ser humano es mejorar la condición propia y la de sus seres queridos. Este deseo, creo yo, se siente por todos los ciudadanos del mundo, en algún momento de sus vidas. Así es que escribo esto para recordarnos acerca de... nosotros mismos.

También escribo para recordarnos que somos una nación de leyes, como esta propia administración afirma con frecuencia. No hay ninguna justificación legítima para este bloqueo en la frontera. Tal vez se está haciendo para conseguir un buen titular en la prensa; tasas de aprobación más favorables. Quizás sea para cumplir un propósito más siniestro y lleno de odio. Cualquiera que sea la razón, este gobierno debe volver a abrir de inmediato la frontera y permitir a la gente solicitar asilo como dicta la ley.

En una orden de la corte con fecha del 7 de diciembre, la Administración Trump recibió otro golpe judicial cuando el La Corte de Apelaciones del Noveno Circuito acordó sostener la orden temporal de restricción de una corte inferior para frenar la aplicación de la proclamación del 9 de noviembre en torno al asilo. Justo la noche de este martes, la administración trató de defender su postura legal insostenible pidiendo a la Suprema Corte de los Estados Unidos revocar la decisión del Noveno Circuito. En esencia, la administración está pidiendo a la Corte Suprema de los EE.UU. sancionar su revisión al INA, lo cual pondría en crisis la política de separación de poderes de nuestro país.

Tal vez esta batalla legal es apenas el principio, y queda por ver si habrá una solución a corto plazo para los solicitantes de asilo quienes se encuentran en la frontera México - Estados Unidos. Pero intuyo que si la administración cumpliera la ley como está escrita, los nietos de las familias que están en la frontera actualmente contarían historias similares a la suya y a la mía acerca de cómo, también, enriquecieron y mejoraron sus comunidades, y a los Estados Unidos de América.

Jocelyn es una inmigrante de El Salvador quien creció en Las Vegas y se graduó de UNLV. En 2006, también egresó de la Escuela de Derecho James E. Rogers de la Universidad de Arizona. Desde entonces, ha practicado el derecho migratorio y ha defendido las leyes contra la discriminación en el empleo.

El anterior es un texto de opinión que ha sido editado para extensión y claridad a partir de una versión en inglés. The Nevada Independent no endorsa contenidos de opinión, pero invita a sus lectores a enviar textos con sus puntos de vista para consideración de los editores. Mande su texto con atención a Luz Gray, editora asociada: [email protected]

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