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Prevención de ahogamientos: Labor de todos

Luz Gray
Luz Gray
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El testimonio de una madre quien perdió a su hija a causa de un ahogamiento. Un abuelo cuya nieta sobrevivió luego de caer sumergida en una alberca. Su difícil experiencia los ha motivado a trabajar junto con autoridades del Sur de Nevada en una campaña con un mensaje directo: Prevención de ahogamientos infantiles.

Desde piscinas hasta el Lago Mead, la comunidad latina no ha estado exenta de esa tragedia, que en años anteriores fue una de las que registró más ahogamientos de niños. La barrera del idioma también llegó a influir para que otras comunidades no tuvieran acceso al mensaje prevención y recursos por parte de las autoridades.

Pero los esfuerzos por cambiar esa tendencia y llegar a cero víctimas siguen en pie a través de una renovada campaña con un mensaje más directo.

No a los ahogamientos

Ofelia Pérez García, a la derecha, nada con sus nietos en la Alberca Municipal ubicada en el 31 al Este de Bonanza Road. Jueves 13 de julio del 2017. (Jeff Scheid / The Nevada Independent).

Con las más de 110,000 albercas residenciales, 3,400 piscinas y spas en establecimientos comerciales a lo largo del Condado Clark, las ganas de refrescarse en el agua se incrementan aún más, especialmente durante los meses de calor.

“Por ejemplo, ahora que viene el 4 de julio, los adultos pueden estar presentes, pero si están fiesteando y no hay nadie asignado a vigilar a esos niños en el agua, puede ocurrir un accidente o una fatalidad”, dijo vía telefónica este miércoles Gail Muñiz, del Distrito de Salud del Sur de Nevada (Southern Nevada Health District, SNHD por sus siglas en inglés). 

Con el fin de que el mensaje para evitar muertes por ahogamiento llegara a la comunidad de manera aún más directa, en el 2016 el SNHD, que forma parte de la Coalición para la Prevención del Ahogamiento Infantil del Sur de Nevada (SNCDP) realizó grupos de enfoque en inglés y español cuyos resultados brindaron puntos clave para renovar la campaña de prevención de ahogamientos infantiles.

“Tuvimos muy buena respuesta. Yo quedé encantada”, dijo Muñiz. “Porque me respondían más de lo que yo necesitaba, y eso nos ayudó mucho a entender”.

Una de las preocupaciones que manifestaron los participantes del grupo de apoyo, fue con relación a adultos que dejan solos a los niños en las albercas de complejos de apartamentos, o que se distraen con el teléfono celular. Agregaron que también era importante que los centros recreativos brindaran aún más acceso a clases gratuitas de natación.

En eso está de acuerdo Ofelia Pérez quien desde hace ocho años ha llevado a su nieto a clases de natación a la Alberca Municipal, ya que para ella es importante que las personas sepan nadar, no solo por entretenimiento, sino para evitar las muertes, sobre todo infantiles.

“Somos de Namiquipa, Chihuahua, un lugar donde hay mucha agua”, dijo Pérez. “Entonces sabemos nadar desde siempre, pero aquí nos preocupamos porque los niños aprendan a nadar desde chiquitos”.

Muñiz agregó que la campaña se concentra en tres puntos: Vigilar, proteger con barreras defensivas entre los niños y la piscina, y prepararse con un plan de seguridad de verano, incluyendo inscribir a los pequeños en clases de natación.

Ese es el mensaje que busca reforzar una madre de Las Vegas a través de su propio testimonio, ya que ella y su familia vivieron en carne propia la tragedia de perder a uno de sus hijos a causa de un ahogamiento.

Del dolor, a la fuerza

Chalecos salvavidas cuelgan de un anaquel en la Alberca Municipal, ubicada en el 31 al este de Bonanza Road. Jueves 13 de julio 2017. (Foto: (Jeff Scheid/The Nevada Independent).

Brianna Rukavina tenía poco de haberse convertido en mamá. Una mañana de abril en Las Vegas, mientras se preparaba para irse a la escuela, dejó que su pequeña Clayre, de 13 meses de edad, jugara en la sala. Pero de pronto dejó de escucharla.

“Había cerrado esa puerta en la mañana”, dijo Rukavina en previa entrevista. “Pero la volví a abrir porque no quería ser esa madre sobreprotectora. Estaba tan bonito afuera, quería que entrara el aire, y me dije: ‘Claro que me voy a acordar de cerrar la puerta tan pronto como levante a la niña de la cama’, pero no la cerré”.

Cuando salió para revisar por qué la niña, quien era hija única, estaba tan callada, no la pudo encontrar. Entonces vio abierta la puerta corrediza de vidrio que daba a la alberca de la casa.

“Fui directo a la piscina”, dijo Rukavina. “Levanté la cubierta de color gris, y ahí la encontré. La saqué de la alberca, le di resucitación cardiopulmonar y llamé al 911 y a mi familia, que vivía cerca”.

Rukavina recuerda que llegaron los servicios de emergencia para llevarse a la pequeña al hospital y en el camino continuaron sus esfuerzos por salvarla. Clayre fue declarada muerta poco después de haber llegado a la clínica.

Rukavina dijo que ella y su esposo contaban con educación acerca de los peligros de tener una alberca, por lo que, cuando quedó embarazada de Clayre, empezaron a ahorrar para levantar una cerca. El esposo de Rukavina había pedido vacaciones para dedicarse al proyecto, que tuvo que posponer por cuestiones de trabajo.

La pequeña, quien amaba el agua y no alcanzó a tomar clases formales de natación, cayó a la alberca justo dos semanas antes de que el matrimonio instalara la cerca. De todas maneras, procedieron con la construcción.

“La reja se puso dos semanas después de que la niña murió”, dijo Rukavina. “Como la mayoría de los padres, éramos muy cuidadosos, no solo con seguridad en la piscina, sino con la sillita en el auto, con lo que comíamos, pero ningún padre puede ver lo que hace su hijo cada segundo del día. Los accidentes pasan. Somos humanos. Eso no significa negligencia”.

Pero no todos estuvieron de acuerdo con ese punto de vista. En medio de su duelo, el matrimonio enfrentó fuertes críticas y cuestionamientos.

“Sí, nos echaron la culpa”, dijo Rukavina. “Fue muy difícil escuchar y leer comentarios, y pienso que eran de quienes no son padres de familia o de personas que realmente no entienden, pero nos reconfortamos en todas las historias de incidentes que nos compartieron otros papás, y que estas cosas le pasan a la gente buena”.

Rukavina indicó que tras lo sucedido hubo una investigación obligatoria, pero en poco tiempo resultaron libres de culpa. Ahora había que enfrentar otro reto: Seguir adelante con su vida.

“Eventualmente los pensamientos se convierten en algo feliz”, señaló la madre de familia. “Celebramos que la tuvimos por 13 meses, en lugar de pensar todo el tiempo en la pérdida”.

Poco después del fallecimiento de Clayre, Rukavina y su esposo dieron la bienvenida a su segundo bebé, quien actualmente tiene nueve años. Debido al incidente de Clayre, inscribieron al niño en clases de natación y sobrevivencia a los ocho meses de nacido.

El día del funeral de Clayre significó un parteaguas. La pareja fue contactada por autoridades y representantes de diferentes entidades en Las Vegas que tenían un objetivo en común: Prevenir ahogamientos.

Fue así como crearon la SNCDPC, que desde entonces está activa y realiza juntas mensuales abiertas al público.

El trabajo que hace la coalición es un consuelo para Rukavina. Aunque no es fácil compartir en voz alta la historia de su hija, dijo que se siente fortalecida cuando otros padres de familia le comentan que instalaron cercas en sus albercas.

“Mi valor viene de ayudar a la gente”, dijo Rukavina. “Creo que eso me ayuda a sanar y a mantener viva la memoria de Clayre. Si puedo hacer una diferencia, estoy dispuesta a pasar por eso”.

Juntos para ayudar

Tim Szymanski, Vocero del Departamento de Bomberos de Las Vegas, durante su entrevista en la Alberca Municipal de Las Vegas. Jueves 13 de julio del 2017. (Foto: (Jeff Scheid/The Nevada Independent).

Greg Blackburn es líder de la junta directiva de SNCDPC desde hace ocho años y para él tampoco es fácil compartir su historia: Su nieta mayor fue víctima de inmersión no fatal.

Gracias a que su hijo era salvavidas y actuó tan rápido, pudo rescatar a la niña, quien sobrevivió, pero actualmente enfrenta algunos retos físicos debido a las secuelas.

“Se piensa que un ahogamiento es como se ve en televisión”, indicó Blackburn. “Es exactamente lo opuesto. Los niños no gritan pidiendo ayuda. Su instinto de sobrevivencia es respirar”.

Tim Szymanski, vocero del Departamento de Bomberos de Las Vegas, dijo en una entrevista anterior que la mayoría de los casos de ahogamiento infantil ocurren durante reuniones familiares donde hay albercas y nadie está poniendo atención a los niños, quienes pueden resbalar o caer dentro del agua.

En el Lago Mead

Visitantes en Boulder Beach en el Lago Mead. Lunes 24 de julio del 2017. (Foto: (Jeff Scheid/The Nevada Independent).

Así como sus aguas ofrecen tranquilidad y esparcimiento, Lake Mead o Lago Mead también ha sido lugar de tragedia para visitantes que sufren accidentes o han muerto por ahogamiento.

De eso es testigo David Soto, quien ha trabajado como guardia forestal en esa área recreativa desde hace tres años.

De acuerdo con Soto, los latinos constituyen el mayor número de personas que visitan el parque y por lo tanto quienes más están involucrados en incidentes fatales. Por eso, en el 2017 se creó la campaña “Ponte Vivo”.

“Tenemos cerca de 20 a 25 muertes al año”, dijo Soto. “La mayoría son hombres hispanos entre las edades de 15 a 35 años. La campaña se hizo con el fin de promover que la comunidad latina se divierta e informar las diferentes maneras en las que pueden divertirse sin salir lastimados o perder la vida”.

Soto agregó que las principales causas de accidentes y fatalidades entre jóvenes y adultos en Lake Mead son el abuso de alcohol, uso de drogas, no usar chalecos salvavidas, y no medir las consecuencias de sus actos.

“Toman malas decisiones cuando vienen aquí”, dijo Soto. “No ven el peligro de saltar de un bote que va a 30 millas por hora, ni saltar de una piedra que está a 100 pies de altura y luego se caen al río, donde piensan que hay pura agua, pero hay rocas abajo”.  

La barrera del idioma

Chalecos salvavidas disponibles para el público en Boulder Beach, en el área recreativa del Lago Mead. Lunes 24 de julio del 2017. (Foto: Jeff Scheid/The Nevada Independent).

De acuerdo con Szymanski, en años anteriores se registraron más ahogamientos infantiles en la comunidad latina debido a que el mensaje de prevención solamente estaba en inglés.

“El idioma siempre es una barrera, y no solamente es el español”, dijo Szymanski. “Aquí tenemos diferentes idiomas y hay muchas personas que dependen de sus niños para que les traduzcan. Estábamos tratando de hablar con los adultos, pero no entendían lo que les decíamos”.

Con una comunidad latina que, de acuerdo con Szymanski, ha crecido de manera exponencial en Las Vegas en los últimos 20 años, era necesario hacer un cambio. Ya identificado el problema, la SNCDPC inició campañas informativas en español.

Esa labor quedó a cargo de Baldemar González, quien trabaja como inspector en la Ciudad de North Las Vegas y ha formado parte de la SNCDPC desde sus inicios.

González comentó en previa entrevista que uno de los primeros pasos fue llamar la atención de los niños y sus padres. Luego se distribuyeron materiales educativos y se ofrecieron pláticas en español en centros comerciales y comunitarios, con énfasis en que las familias crearan reglas para usar la alberca en casa.

La SNCDPC otorga incentivos económicos a las familias para que cumplan con los requisitos de seguridad para sus albercas, aunque González aclaró que eso depende de la capacidad económica de la familia.

Indicadores

El SNHD lleva un registro estimado de niños de entre 0-14 años en el Condado Clark quienes experimentan incidentes de sumersión -- termino para describir ahogamientos mortales y no mortales -- que conducen a que se active el sistema del 911.

La dependencia indica que un sumergimiento o inmersión es un término que usa globalmente para describir tanto ahogamientos mortales como no mortales.

“Un ahogamiento no mortal es definido como el que resulta en ningún impedimento, algún impedimento o impedimento significativo. Se estima que el 20 por ciento de víctimas no fatales de ahogamiento hospitalizadas sufren una discapacidad neurológica severa y permanente”.

Según el SNHD hasta octubre del 2017 los incidentes de sumersión en la comunidad Afroamericana alcanzaron un 36 por ciento, en la Hispana, 27 por ciento, en la anglosajona, 22 por ciento, y en la asiática, 4 por ciento.

La dependencia informó que en el 2016 se reportaron un total de 50 incidentes de inmersiones, en el 2017; 64, y hasta este 24 de mayo, 24. El porcentaje de sumergimientos entre niños de 0 a 4 años fue de 88 por ciento en el 2016, 76 por ciento en el 2017, y de 83 por ciento hasta mayo del 2018.

“Para un niño, una alberca es un asesino”, dijo Szymanski. “Si hubiera un animal salvaje en el patio trasero de su casa, usted nunca dejaría a su niño ahí. Una alberca se debería tratar de la misma manera”.

Nota: Esta es una versión actualizada de un reportaje publicado por The Nevada Independent en Español en octubre del 2017.

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