Boyd Gaming tiene previsto demoler el hotel y casino Eastside Cannery, que cerró sus puertas en 2020 durante la pandemia y ya no volvió a abrir.

Esa decisión es un cambio con respecto a hace tres años, cuando directivos de Boyd indicaron que estaban esperando a que mejorara el mercado del este de Las Vegas antes de reabrir el hotel-casino de 300 habitaciones en la Franja de Boulder.

“Han pasado más de cinco años desde que cerramos Eastside Cannery, y no hay suficiente demanda en el mercado para reabrir las instalaciones”, declaró en un comunicado el viernes el portavoz de Boyd Gaming, David Strow. “Debido a eso, estamos finalizando los planes para demoler el edificio”.

Strow señaló que la empresa estaba en conversaciones para vender el terreno para uso residencial, y que el viernes por la mañana se estaban instalando vallas alrededor de la propiedad.

Funcionarios de Boyd habían dicho que gran parte del negocio de Eastside Cannery se trasladó al casino Sam's Town, propiedad de la misma compañía. Ambos establecimientos están separados por media milla en la avenida Boulder Highway.

Boyd Gaming adquirió Eastside Cannery junto con Cannery North Las Vegas por $230 millones de dólares en 2016. El hotel-casino tenía 65,000 pies cuadrados de espacio para apuestas, un salón de baile para eventos especiales, un club privado en el piso 16, un restaurante y dos bares.

Boyd administra 10 casinos en todo el sur de Nevada.

Eastside Cannery era el último casino de Las Vegas que no había reabierto después de la pandemia, cuando el estado ordenó el cierre de casinos durante 78 días en 2020. Tres propiedades de Red Rock Resorts — Fiesta Henderson, Fiesta Rancho y Texas Station — fueron vendidas y posteriormente demolidas.

Uno de los casinos de Laughlin, Colorado Belle, propiedad de Golden Entertainment, ha permanecido cerrado desde la pandemia.

Esta nota fue traducida por una editora de The Nevada Independent en Español con ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.