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Cinco años de sueños: Una retrospectiva en el aniversario de DACA

Luz Gray
Luz Gray
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Senator Catherine Cortez Masto speaking at an immigration event

Tienen la mirada puesta en el futuro. A pesar de los obstáculos, no se detienen. Son los DREAMers, cazadores de sueños, fabricantes de metas. Jóvenes que llegaron indocumentados a Los Estados Unidos cuando eran niños y sin culpa propia. 

Entre la incertidumbre de las leyes migratorias y las posturas políticas, compartieron sus historias a cinco años de la creación de DACA, el programa que cambió sus vidas.

Hace cinco años el presidente Obama firmó el Programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés) una orden ejecutiva que protege de la deportación a jóvenes inmigrantes indocumentados que fueron traídos al país cuando eran pequeños, y otorga un permiso de trabajo, entre otros beneficios.

Existen esfuerzos para mantener el programa, pero también para eliminarlo. Varios políticos participaron en eventos y expresaron su postura en comunicados de prensa con motivo del quinto aniversario de DACA, cuyo futuro todavía es incierto.

El pasado 29 de junio, el fiscal general de Texas, Ken Paxton, y políticos de nueve estados, todos republicanos, enviaron una carta a Jeff Sessions, fiscal general de Los Estados Unidos, para pedirle la cancelación de DACA, agregando que demandarían en las cortes si el gobierno no cancela el programa antes del 5 de septiembre de 2017.

Un mes después, y en un trabajo bipartidista, los senadores Lindsey Graham, republicano, y Dick Durbin, demócrata, presentaron ante el Congreso la propuesta de ley Dream Act 2017, que brindaría protecciones a los jóvenes DREAMers.



Trump todavía no ha expresado cuál será su decisión para solucionar el estatus de los DREAMers, aunque algunos oficiales de su administración han señalado que el mandatario no apoyaría el proyecto de ley.  

Una carta le cambió la vida

Astrid Silva sonríe cuando piensa en el futuro. Quiere ser abogada de inmigración.

Silva llegó a Los Estados Unidos junto con su mamá el 22 de junio de 1992 y en una balsa improvisada por un “coyote”. Tenía cuatro años y lograron cruzar el Río Bravo para reunirse con su papá, quien ya se encontraba aquí. La familia provenía de Gómez Palacio, Durango, México, y entró al país sin documentos.

Silva empezó su nueva vida y también, su encuentro con la realidad. En una entrevista realizada por Univision Radio Las Vegas en el 2015, señaló que ignoraba lo que era ser una persona indocumentada. No entendía por qué, pero sabía que no podía viajar a los campamentos de la escuela, y que al cumplir los 16 años sus amigos obtuvieron sus licencias de conducir y ella no.

Junio del 2009 siempre quedará en la memoria de Silva: Ese año falleció su abuela en México y no pudo ir al funeral.

“Yo entiendo que no me quieran dar licencia porque es un papel de ellos”, dijo Silva. “Entiendo que no me dejen viajar, porque son aviones de ellos. Pero mi abuelita es mía. ‘¿Por qué no me dejan ir a verla?”.

El sentimiento la llevó a escribir una carta al Senador Demócrata por Nevada Harry Reid, la primera persona fuera de la comunidad latina a quien Silva escuchó hablar acerca de estudiantes indocumentados.

Silva se arrepintió de haber entregado la carta. Ahí revelaba la historia de su familia indocumentada. Minutos más tarde, el Senador la mandó llamar para que compartiera su experiencia ante un grupo de personas.

“Me solté llorando”, recordó Silva. “El Senador les dijo: ‘Por esto tenemos que luchar. No por quién va a votar más, sino por estos niños, que no pueden ver a sus abuelos’. Entonces dije que si él, quien no era indocumentado, estaba hablando por mí, entonces por qué yo no hablo por mí. Y fue cuando me involucré”.

El encuentro entre Reid y Silva se dio en uno de los momentos más vulnerables en la vida de la joven.  Sus lazos con su “abuelito” Reid, como cariñosamente lo llama, se mantienen desde entonces. La historia de Silva fue una de las primeras que se dio a conocer en el país como símbolo del movimiento DREAMer.   

El senador demócrata Harry Reid y Astrid Silva se abrazan durante un entrenamiento del caucus demócrata en Las Vegas, NV. Febrero del 2016. (Foto: Luz Gray).

Silva es una activista en pro de los inmigrantes y su historia se ha compartido en diferentes plataformas. Desde el anuncio de las acciones migratorias del presidente Obama en 2014, y la Convención Nacional Demócrata en 2016, hasta haber hecho historia al responder por primera vez en español al discurso del estado de la Unión del presidente Trump.

En el quinto aniversario de DACA, Silva reflexiona. La fecha representa el inicio de sus sueños y la lucha constante por una legislación que también brinde protección a sus padres. Destino que está en vilo bajo la nueva administración del presidente Trump.

El pasado 15 de junio el secretario de estado, John Kelly, anunció en un memorándum la anulación de la Consideración de Acción Diferida para Padres de Estadounidenses y Residentes Legales (DAPA por sus siglas en inglés) que les hubiera concedido un amparo de sus deportaciones.

“Después de la inauguración creo que fue un momento muy difícil”, dijo Silva. “No de quedarse callado, sino de evaluar. Yo misma dije: ‘Me estoy poniendo en un peligro grande. No solamente a mí, sino también a mi familia’, pero la comunidad es lo que nos sacó adelante”.

Silva dijo a The Nevada Independent en español que a cinco años de DACA, le daba gusto ver colegios con oportunidades para estudiantes indocumentados. Algo que ella ni siquiera soñaba cuando empezó su escuela.  

Silva se graduó de Nevada State College el año pasado. También es cofundadora de Dream Big Vegas, organización que seguirá apoyando para ayudar a jóvenes indocumentados.

Sus sueños no se detienen. Ahora le gustaría buscar una maestría y ser abogada de inmigración.

“Para mí es una esperanza”, dijo Silva. “Pienso en cinco años atrás, y lo que ha pasado. Es un sueño”.

“DACA es mi vida”

A sus 17 años, Aranza Marmolejo ya tiene trabajo, contribuye con los gastos familiares, es voluntaria en el área pediátrica del hospital UMC, estudia enfermería, y está ahorrando para el enganche de un auto.

A principios de este año se convirtió en beneficiaria de DACA. El proceso fue largo, pero está convencida que valió la pena. Tener empleo no es el único sueño que se le ha hecho realidad.

Entrevistada durante un receso del entrenamiento Movement Building Training para DREAmers organizado la semana pasada por grupos progresistas en Las Vegas, Marmolejo sonríe al recordar que acaba de obtener una beca completa para asistir a Nevada State College.

“Cuando me dieron la noticia por correo electrónico, lloré”, dijo. “Nunca me lo hubiera imaginado”.

Marmolejo está contenta porque ha alcanzado metas que parecían lejanas, pero no olvida que llegó a este país para reunirse con su padrastro y su mamá. Voló en avión desde Nayarit, México. Tenía tres años y era indocumentada.

La familia vivió un tiempo en California y luego se mudaron a Las Vegas porque su padrastro, quien es ciudadano americano, consiguió un mejor empleo.

Aranza Marmolejo, DREAMer de Las Vegas, en el dia de su graduación. (Foto: Cortesia de Aranza Marmolejo).
Aranza Marmolejo, DREAMer de Las Vegas, en el día de su graduación. (Foto: Cortesia de Aranza Marmolejo).

Los cinco años de DACA la hacen reflexionar. Valora lo que tiene, y quiere prepararse más para ayudar a otros jóvenes como ella.

“DACA es mi vida”, dijo Marmolejo. “Muchas personas dan por hecho lo que tienen. Muchos ciudadanos americanos nacen automáticamente con las oportunidades que afortunadamente, ya puedo tener ahora y las voy a provechar”.

Venciendo obstáculos

Felipe Salazar tenía 10 años cuando llegó a Miami, Florida en el 2001. Originario de Villavicencio, Colombia, arribó al país junto con sus padres y su hermana menor debido a la violencia causada por la guerrilla.

La semana pasada, el joven participó en una conferencia telefónica para medios encabezada por las senadoras demócratas Catherine Cortez Masto, de Nevada, y Kamala D. Harris, de California. Posteriormente concedió  una entrevista por teléfono a The Nevada Independent en español.

El joven comentó que tiene 27 años y es el único en su familia que no ha podido obtener la ciudadanía estadounidense. Sus padres ya han solicitado el ajuste de estatus, pero el proceso ha sido bastante complicado.

La vida académica de Salazar tampoco fue fácil cuando llegó al país. Aunque se gradúo de la preparatoria y tomó clases para ingresar a la universidad, con el tiempo se dio cuenta que iba a requerir más que buenas calificaciones. Era la época en la que DACA empezaba a tomar forma.

El primer obstáculo que enfrentó fue la falta de información para estudiantes indocumentados. No encontraba a alguien que le dijera si iba a poder asistir o no a la universidad. Después de tocar varias puertas, al final le dieron la noticia de que sería admitido, pero sin ningún tipo de ayuda financiera.

Salazar pudo costear sus estudios gracias al apoyo de sus abuelos. A finales del 2010 se gradúo con honores en ciencias e ingeniería informática y en el 2011 obtuvo una maestría en ingeniería eléctrica y computación.

Amparado por el llamado Memorándum Morton, el joven pudo obtener un permiso de trabajo que le permitió ingresar al mundo laboral. Su primer trabajo fue en la universidad donde estudió.

El memo era una guía originada para oficiales de inmigración. Detallaba que los esfuerzos de deportación deberían concentrarse sólo en inmigrantes que representaran una amenaza para la seguridad pública y nacional, entre otros requisitos.

DACA llegó a la vida de Salazar en el 2013. El permiso de trabajo que obtuvo bajo el memo Morton expiró y entonces solicitó DACA.

No esperó mucho para cambiar de empleo. Por dos años laboró en Microsoft y actualmente trabaja para una compañía donde se diseñan audífonos inalámbricos.

Además de las puertas que se le abrieron el ambiente laboral, Salazar realizó otro sueño: Pisar un aeropuerto sin temor a ser cuestionado por su estatus migratorio.

“Algo que me causaba mucho estrés era poder viajar en avión”, dijo Salazar. “Yo vivía en Miami y estudiaba en Atlanta. Siempre hice el viaje en carro. Entonces viajaba 10 horas cada inicio y fin de semestre”.

Salazar comentó que ya tiene una licencia de conducir, identificación, y ahora puede contribuir mejor con los gastos de la familia, incluyendo la tutoría que su hermana necesita en la escuela.

“Estos cinco años de DACA significan el principio de mi vida profesional y como adulto. Gracias a DACA pude comenzar a trabajar, empezar una carrera, y puedo contribuir a la sociedad. Son los cinco años más productivos de mi vida. Estoy haciendo lo que soñé mi vida entera”, dijo.

“No estábamos listos”  

El anuncio de DACA llegó acompañado de ilusiones, pero también de cambios para las familias, instituciones, y abogados de inmigración como Kathia Pereira, quien recuerda cómo fue empezar a trabajar con casos de DREAMers hace cinco años.

Abogada de Inmigración Kathia Pereira en sus oficinas de Las Vegas. Viernes 24 de febrero del 2017. (Foto: Jeff Scheid/The Nevada Independent @jeffscheid).

“Miles de niños sabían que iban a salir de las sombras”, dijo Pereira. “No estábamos listos para la cantidad de gente que llegó, pero teníamos ganas de ayudar”.

La abogada indicó que en estos cinco años DACA ha probado que los DREAMers están mejorando sus vidas a través del estudio y la apertura de sus propios negocios. También consideró que a pesar de que aún no se sabe qué pasará con la actual propuesta Dream Act 2017, no hay motivo para alarmarse.

“Si lo peor sucediera, que el presidente cancelara DACA, creo que tendríamos para varios años de litigio”, dijo Pereira.

Una encuesta a más de 1,300 DREAMers realizada por Tom K. Wong, United We Dream, National Immigration Law Center, y Center for American Progress, del 8 al 26 de septiembre del 2016, mostró que 86.9 de los DREAMers actualmente tienen empleo, 90.1 por ciento son de origen Latino, 62.5 por ciento consiguió trabajo mejor remunerado, 90.1 por ciento obtuvo su licencia de manejar por primera vez, 47.3 por ciento abrió una cuenta bancaria y el 97.0 por ciento son bilingües.

El organismo no partidista Pew Research Center indicó que, de acuerdo con el reporte más reciente de USCIS, más de 750,000 DREAMers han recibido sus permisos de trabajo y alivios de deportación.

Las cifras también mostraron que se han otorgado 588,000 renovaciones desde la creación de DACA.

Lo que piensan los políticos

A cinco años de DACA, algunos líderes políticos coincidieron en que los DREAMers no tienen la culpa de sus circunstancias, y que su caso se debe revisar para llegar a una solución legislativa que regularice su estatus migratorio de manera permanente.

Durante un foro comunitario organizado por Dream Big Vegas la semana pasada en las instalaciones del Sindicato de la Unión Culinaria, la senadora demócrata Catherine Cortez Masto resaltó los beneficios del programa.

Asistentes a foro informativo acerca de DACA escuchan a la senadora demócrata Catherine Cortez Masto. Instalaciones del sindicato de la Unión Culinaria Local 226. Martes 15 de agosto del 2017. (Foto: Jeff Scheid/The Nevada Independent).

Señaló que gracias a DACA, los DREAMers pueden asistir a la universidad y convertirse en profesionales, y que en Nevada hay 12,000 beneficiarios del programa que aportan contribuciones a la economía del estado por $500 millones de dólares.

“Mi dedicación de luchar por una reforma migratoria integral es inquebrantable. Seguiré de pie con los DREAMers y no me rendiré hasta que arreglemos nuestro sistema de inmigración roto”, dijo Cortez Masto.

Entrevistada al término del foro comunitario Latinx Congreso realizado en Las Vegas el mes pasado, la senadora Demócrata Yvanna Cancela dijo que era impredecible lo que podría pasar a nivel federal, pero que le hacía sentir mucho mejor ver que DREAM Act 2017 provenía de una propuesta bipartidista.

“Hemos visto políticamente que el apoyo para los DREAMers está ahí”, dijo Cancela. “Casi el 70 por ciento del país cree que, si alguien llegó a este país como DREAMER, que los trajeron los padres, merecen la oportunidad de hacer el sueño americano una realidad aquí”.

Algunos republicanos que apoyan a Trump y sus recientes medidas migratorias, se han expresado a favor de alguna solución para los DREAMers.

Danny Tarkanian, aspirante republicano al Senado por Nevada, dijo que no estaría a favor de deportar a los niños que sin culpa alguna fueron traídos a Los Estados Unidos.

En una entrevista con The Nevada Independent la semana pasada al final de un evento para su campaña, Tarkanian comentó que se han presentado algunas propuestas de ley que son valiosas y que debería haber alguna solución que permita la permanencia de los DREAMers en el país.

Entrevistado recientemente al finalizar un almuerzo del grupo Hispanics in Politics, el republicano Stavros Anthony dijo que no estaba de acuerdo con el concepto de las ciudades santuario, pero que el caso de los DREAMers merecía atención aparte.

Stavros Anthony, Concejal de la Ciudad de Las Vegas, durante almuerzo organizado por Hispanics in Politics. Miércoles 2 de agosto del 2017. (Foto: Jeff Scheid/The Nevada Independent).

“El DREAM Act es un poco más difícil”, dijo Anthony. “Es algo de lo que quiero hablar con mucha gente y tal vez sea caso por caso … tal vez sólo tomemos a la gente individualmente y decidimos sobre ciertos criterios si van a permanecer aquí bajo algún tipo de estatus de residente o no”.

El asambleísta demócrata Edgar Flores fue otro de los políticos que asistió al evento de la Cámara. Entrevistado al finalizar el almuerzo, dijo que como activista de inmigración, tenía optimismo por el proyecto bipartidista DREAM Act 2017, pero que el actual clima político no permite que se concrete.

“Tenemos que empezar a levantar el teléfono todos”, dijo Flores. “Empezar a convencer a esos individuos que a lo mejor no están convencidos, empezando con Dean Heller aquí en Nevada. Llamar, molestar con peticiones y exigirles que ya pasó demasiado tiempo y tenemos que hacer algo”.

El reportero Riley Snyder contribuyó a este reportaje.

En marzo de este año, The Nevada Independent en español publicó una serie de entrevistas con Erika Castro, Karla Rodríguez, y Dulce Valencia, tres jóvenes soñadoras de Las Vegas, quienes compartieron una retrospectiva de sus vidas antes y después de las recientes medidas de inmigración impuestas por el gobierno federal.

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